De acuerdo al proyecto de investigación “Poder público, sociedad y cultura de la memoria en el Reino de Valencia, ss. XIII-XV”, J.A. Barrio presentó en el Anuario de Estudio Medievales sus indagaciones sobre los movimientos de protesta popular en un intento de reformar las instituciones municipales, en lo referente a la elección de sus representantes y a las gestiones fiscales, en la Orihuela a mediados del S. XV.
La investigación se centró en un episodio poco conocido sobre cómo la asociación de artesanos aprovechó, con los pocos medios jurídicos a su alcance (la compra de un caballo armado), para tener un líder reconocido legalmente. En Aragón, o tenían derecho a reunión. Este líder fue Joan Rodríguez, pelaire de la localidad, que representó los intereses de la mano menor y que se alió con la monarquía para enfrentarse a la mano mayor.
En el texto Barrio desmenuza con gran detalle todos los pasos y entresijos que se dieron en el procesamiento del procurador del pueblo, desde la actuación del consell, el justicia criminal, los jurados, el gobernador del reino, el baile, etc. hasta la presentación de todo tipo de alegatos difamatorios: fraude, falsificación de moneda, comportamiento deshonesto, participación en una Brega y todo tipo de alegatos difamatorios
En una historia escrita desde la oficialidad, desde las instituciones y, como cabía esperar, se ofrece una imagen histórica muy negativa de este personaje . El cronista de la época, P. Bellot, se encargó de ello, como queda reflejado en los documentos hallados por Barrio en el Archivo Histórico de Orihuela.
En el contexto de crisis del sector textil pañero de Orihuela, de crisis socio-política por la introducción de la Corona de Aragón del insaculación (1445) y la introducción de mecanismos de reforma, junto a la crispación político-eclesiástico creada por la disputa con la diócesis de Cartagena-Murcia, Joan Rodríguez fue encarcelado y procesado. Años más tarde seguiría contado con el apoyo de la monarquía y pudo desempeñar el cargo de baile de la ciudad, pero como estrategia para debilitar a las oligarquías, que en esta ocasión impusieron sus intereses para mantener sus privilegios sobre los del gremio de artesanos. El poder municipal también se aprobó medidas en su favor, como en el caso de los problemas de endeudamiento de este tipo de corporaciones.
El asociacionismo medieval urbano puede parecernos desde nuestra perspectiva actual como un fenómeno de lucha de clases, sin embargo, en el texto de Barrio se identifica mas como fenómenos confusos en torno al poder entre de estructuras social en proceso de construcción y en el contexto bajomedieval episodios y que se dieron en otras ciudades, como la citada Florencia.
LA MANO MENOR.INTENTO FALLIDO DE ASALTO AL PODER
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