Respecto al alumnado en la película, se muestra a la mayoría del alumnado con falta de pensamiento crítico y sumiso al conjunto, un conjunto que llega a despersonalizar al individuo. Intenta que se analice cómo en una sociedad democrática se podría llegar a transformar sin demasiado esfuerzo en una autocracia. No obstante, desde mi punto de vista es poco creíble cómo en cuestión de unos días se es capaz de cambiar casi por completo a un colegio entero, no sólo una clase, sino a personas ajenas al taller, pero sí alumnos del instituto. Además de también resultarme paradójico, puesto que es un grupo de jóvenes quien es capaz de transformar un sistema político, pero a su vez, se ve como un generación puede ser fácilmente manipulable, vulnerable e influenciable.
En la película se representan los diferentes tópicos de la juventud, puesto que está el pijo, el deportista, el radical, el que se deja arrastrar por las masas con intención de ser aceptado, el marginado…
Hay varios aspectos al respecto de los alumnos que vamos a intentar desgranar a su debido tiempo y de forma ordenada.
En primer lugar, para mi parecer, muestra a un grupo de jóvenes que se sienten solos, incomprendidos, sin motivación, sin ideales por los que luchar, con mucho egoísmo. Pretende forzar un diálogo entre los espectadores de las motivaciones de los jóvenes, ver que nuestra generación es la generación donde no se ha conseguido logro alguno. Una generación que no ha pasado hambre, no ha vivido una guerra, no ha tenido que luchar por la libertad, por lo que cree o simplemente por sobrevivir. Es por ello, que la clase estudiantil se muestra en su gran mayoría imparcial, despreocupada por todo, sin afán o motivación por nada. Concretamente, en la película se ve al alumnado que muestra frustración, descontento por la situación escolar, las desigualdades sociales.
Hace reflexionar, además de las ideologías destructivas, como la juventud se aburre. Las drogas, el sexo, los botellones ya no son suficiente para dejar de sentirse solos. Necesitan aferrarse a algo que les permita creerse pertenecientes a un grupo, no obtener rechazos, no desigualdades entre los individuos… Es por ello que de forma acelerada (quizás algo excesivo) cala entre el alumnado. Por ejemplo, el típico marginado social siendo participe del grupo es respetado, visto como uno más en el grupo, es aceptado y para el marginado el grupo es su vía de aceptación, de sentirse involucrado con aquellas personas que antes “admiraba” en el sentido de que quería pertenecer a ellos, comportarse como ellos, ser popular (afán de protagonismo). Es curioso como este personaje, si no recuerdo mal Tim, pasa a ser fiel defensor del movimiento, es su medio de estar integrado y no quiere que una vez conseguida dicha meta ello de desvanezca y junto con el movimiento él mismo vuelva de nuevo al olvido del resto de los compañeros. Se involucra tanto que su final es trágico (podría hacerse un símil con el final de Hitler).
Por otro lado, vemos otro tipo de alumnos que por su ideología se apuntan al taller de autarquía, pero son atraídos por las formas de impartir el taller contrario y por la influencia de sus compañeros al taller de la autocracia, a pesar de ser contrarios a dicha ideología. Por otra parte, algunos se apuntan al taller de autocracia por no dar clases con el veterano profesor, considerado como un aburrimiento a su hora de impartir clases. Sea cual fuere el motivo, se consigue crear un grupo que aparentemente era heterogéneo, con diferentes ideologías, a uno solo, un grupo homogéneo. Nivelan las diferentes escalas sociales para ser todos iguales y se adecentan una imagen conjunta, un logo que les identifique… Crean una clase, un colectivo uniforme que crea un sujeto director, y hay sujeción al sujeto. También un reconocimiento mutuo de iguales entre los sujetos y el sujeto director. Se pasa a un posterior reconocimiento del sujeto por el mismo como sujeto director para aspirar finalmente a un reconocimiento mutuo entre los propios sujetos, entre los sujetos y el sujeto director y entre el sujeto director con el resto de sujetos.
Se ha pasado de una lucha individual a una ayuda mutua, un cambio de organización de la clase. Se elimina toda individualidad. Crean un uniforme conjunto, una señal, un logo, un nombre… lo llevan a lo extremo y no sólo en clase, sino que dichos valores se extrapolan al resto de situaciones diarias. Un ejemplo es como el típico joven deportista, buen estudiante, formal, serio se convierte en el “líder” del grupo, claro está por debajo del profesor. Éste se encarga de organizar una obra de teatro y al adquirir poder llega a imponer los papeles a quienes él cree oportuno e intenta dejar claro, casi por la fuerza, de lo que quiere en la obra y aquéllo que no quiere que se haga.
Surge un movimiento contrario al de la ola, dentro del propio alumnado participe del taller. Concretamente la novia del “líder” juvenil del grupo se opone al movimiento y se ve como el movimiento censura toda opinión en su contra. Se discrimina a aquella persona no afín al movimiento.
También veo una crítica a las formas repetitivas de impartir la clase al respecto de la Alemania Nazi, una crítica al sistema educativo en el que el profesor llega, imparte su clase magistral de la mejor forma posible, te cuenta su perspectiva de aquel proceso, hecho u/o acontecimiento y marcha sin más. Ante tal dinámica explicativa el alumnado se muestra ya cansado de que le sea de forma reiterativa explicada así la Historia.
Otra crítica o más bien advertencia sería que no sólo hay peligro de establecer un tipo de ideología, sino que también es peligroso el adoctrinamiento juvenil.
Hola!! Pues a mí, el chico que se suicida al final me parece una alegoría bastante buena de Rudolf Hess, uno de los lugartenientes de Hitler hasta 1941. También era una persona con graves desequilibrios psicológicos y al igual que su “caudillo” había sufrido una gran incomprensión y rechazo durante su juventud.
No me resisto a decir que estos mecanismos psicológicos de los que se habla en la película (sentimiento de pertenencia, abuso de valores como el compañerismo o la solidaridad…) siguen explotándose de “mala manera” en nuestros ejércitos o incluso en la propaganda política de los actuales partidos “socialdemócratas”.
Hola!, ahora que lo dices no te quito razón. Rudolf Hess, el adjunto del Führer, quizás cuadra más con al figura del marginado que se vuelca ante el movimiento y se convierte en “la mano derecha” del profesor, fiel seguidor del profesor (Wegner desempeñando la figura de Hitler). Simplemente que al ver como se quita la vida, me recordó más a la forma en la que supuestamente lo hizo Hitler.
Me alegro el haber sido un lector de tu web. En realidad me gusta la pesquisa que has promulgado en ella