Película muy recomendable para un público a partir de los 13 años por su pedagogía, visceralidad y tragedia, que la convierten en una sobresaliente crítica político-social basada en hechos reales.
La película está ambientada en un instituto alemán en el que un profesor imparte un seminario sobre la autocracia como forma de gobierno, pese a preferir el tema de la anarquía, más cercana a su ideología. El profesor (además de entrenador del equipo de waterpolo) planteará el tema, no desde la teoría, sino desde la práctica a partir de la introducción de la una serie de estrictas normas y creación de símbolos, en colaboración con los alumnos, con el fin de poner en situación a los mismos de lo que es un estado totalitario y de cómo es posible manipular a las masas, adoptar ideologías como el nazismo y volver a levantar en la actualidad dictaduras como el Tercer Reich, pero reducido al espacio del aula.
Sin embargo, durante la semana que dura la actividad, la situación se va de las manos tanto por parte de los alumnos como del profesor. El profesor se mete inconscientemente en el papel de líder, puesto que se siente respetado y obedecido por esas normas que han establecido, siendo realmente duro e intimidatorio con los alumnos que se muestran “disidentes”, agobiados y ofendidos por el clima creado en clase. Los alumnos trasladarán fuera de clase el sistema creado, formando parte de su vida diaria tanto en el ámbito familiar como en sus círculos sociales (amistades, deporte…), por lo que pronto se verán enfrentados con otros grupos, amigos y compañeros.
Consideramos que es factible que se produzcan estas situaciones entre jóvenes con edades conflictivas. La pertenencia a un grupo y ser respetado y aceptado, así como la adopción de símbolos que les identifiquen y les diferencien del resto, pueden provocar la aproximación a ciertos grupos refugio de jóvenes con poca personalidad, miedos y prejuicios.
Es lo que se produce en la película, llegando al extremo del suicidio del joven en el que más se marcan esas características. Un adolescente que por fin se ve integrado y respetado, y que además se ve respaldado para enfrentarse a sus enemigos, pero que queda atrapado por la simbología y la férrea disciplina, convirtiéndose en la sombra de la figura paternal que representa el líder, hasta que éste es consciente de que la situación se ha descontrolado y pone fin al experimento, rompiendo la burbuja en la que se habían metido los jóvenes, lo que provoca el suicidio de la mente más débil y atrapada del sistema creado.