Sobre las categorías temporales que usamos (pasado, presente y futuro), Aguirre Rojas plantea un reto historiográfico a los futuros historiadores y científicos sociales en general. Aguirre cita a Aristóteles, el cual planteaba lo siguiente:
El pasado es lo que fue pero ya no es, por lo que no existe. El futuro todavía no es, por lo que tampoco existe. En conclusión, el presente es el único que existe. El pasado existiría dentro del presente como memoria o recuerdo, y el futuro como anticipación o prefiguración.
¿Pero existe el presente? San Agustín plantea esta paradoja. Según Aguirre el tiempo debe ser con categorías diferentes a presente, pasado y futuro, puesto que se han quedado cortas. S. Agustín nos diría, que el presente no es el año del 2012, porque febrero de 2012 ya es pasado, ni mucho menos junio del 2012, porque el 1 de junio es pasado. ¿Y el día 4 de junio es pasado? Ahora son las 11:30 de la mañana del día 4 de junio de 2012. Lo que ha pasado hace dos horas ya no es presente, es pasado. En torno a esta cuestión, Sartre planteaba que la dialéctica del antes y del después son más relativas. A lo que añade Aguirre, que Braudel no usaba mucho las categorías pasado, presente y futuro. Aguirre nos plantea a todos los científicos sociales (no solo a los historiadores) el reto de resolver esta cuestión y plantear otras categorías de tiempo.
A raíz de este debate, en el que perdemos totalmente la noción del tiempo en el que vivimos, si es que alguna vez lo hemos encontrado y permanecido en él, nos preguntamos lo siguiente: ¿Se puede comparar la Historia de épocas diferentes? ¿Puede servir la Historia para la predicción o para la previsión del futuro?