La evolución política del Emperador
Aunque Carlos V dispone de unas determinadas creencias básicas, esencialmente el universalismo político-moral de base cristiana, su ideal imperial se va modulando a lo largo de su mandato y autores como Menéndez Pidal han diferenciado algunas etapas en el mismo.
Al principio no entendía el particularismo político de tipo estatal moderno, lo que provocó el rompimiento de las Comunidades y dificultades con Alemania, Francia y con la Iglesia. Pero, poco a poco, este factor va adquiriendo peso en su política. Esto queda patente en el reconocimiento de su culpa en la cuestión de las Comunidades. Aceptaba así sentimientos políticos prenacionales.
Paulatinamente también iría aceptando formas militares de técnica moderna, que desplazan en él los primeros modos caballerescos. Por tanto, por debajo de su política imperial se fue dando en él una atención creciente a los problemas de la maquinaria estatal en los diferentes reinos particulares.