La diplomacia de Carlos V
Conforme a un rasgo muy pronunciado de su personalidad, Carlos V dio una nota muy personal a su diplomacia. Tanto fue así que fueron especialmente llamativas, por extraordinarias sus entrevistas en la cumbre. Ningún soberano del Quinientos lo aplicó tantas veces. Se entrevistó en diversas ocasiones con Enrique VIII, con el papa Clemente VII, con Paulo III y con su gran rival, Francisco I. Además, frecuentemente estas entrevistas no se reducían a una única jornada. Era la actitud de un hombre con gran iniciativa personal y que creía en la bondad de sus objetivos, llevando un tono de honestidad política a su quehacer imperial.
También era muy del estilo imperial el amplio uso de la dinastía para sus objetivos diplomáticos, siguiendo con fortuna lo hecho por los Reyes Católicos. Él mismo entrará en su propio juego al casarse con la princesa Isabel, hija de Manuel el Afortunado, rey de Portugal.