“El Renacimiento, con su exaltación del individualismo y con su amor por la magnificencia, las fiestas, los torneos y los deslumbrantes atavíos, ha sido una de las épocas que mayor importancia ha concedido al traje. La preocupación de distinguirse por el vestido y la pasión por los lujosos atavíos fueron generales, pero en aquella diversa sociedad se dieron grandes diferencias en el modo de vestir”.