LA CASA DE AUSTRIA , EN SUS MANOS , EL GOBIERNO DE PORTUGAL

La Monarquía hispánica,  el Monarca español empleaba un sistema polisinodial de Consejos, que eran unos organismos auxiliares dedicados al asesoramiento y resolución de problemas, que sometían al conocimiento y decisión del Monarca y con posterioridad, el rey reunido con los secretarios solicitaba el dictamen del Consejo correspondiente. Después de eso, el Consejo respondía al monarca tras tratar el tema en una sesión para plantear la consulta formal al monarca, y el secretario elevaba esa consulta al rey, y éste daba su respuesta al Consejo con la decisión que debía llevar a cabo, y el Consejo de guerra ejercía su jurisdicción sobre las tropas ubicadas en las fortificaciones castellanas establecidas en el litoral portugués y  Consejos de carácter territorial, cuyas funciones estaban especializadas en un espacio territorial concreto: el Consejo de Castilla, Consejo de Aragón, Consejo de Navarra, el Consejo de Italia, el Consejo de Indias, Consejo de Flandes, y el Consejo de Portugal, nos centramos ahora en el Consejo de Portugal, establecido en 1582, estaba compuesto por un presidente y seis consejeros, desapareció en 1668 su función del Consejo era manifestar al rey los asuntos referidos a la justicia, la gracia, y la economía de la Coronaportuguesa. El Consejo de Portugal tuvo dos suoresiones: en 1619, por la presencia del rey Felipe III en Lisboa, y entre 1639-1658, sustituido por la Junta de Portugal, y desde la Restauración  en 1640, el Consejo siguió vigente, ya que Felipe IV no había reconocido la independencia de Portugal, y llevó a cabo la atención a los portugueses fieles al monarca español, y del gobierno de Ceuta, en relación al gobierno del reino de Portugal, durante el periodo de unión del reino de Portugal a la monarquía española, los soberanos de la casa de Austria en general respetaron los compromisos aceptados en las Cortes de tomar en 1581, para permitir una considerable autonomía del reino así como respetar los territorios de su imperio, el rey estuvo representado en Lisboa, unas veces por un gobernador y, otras por un virrey, así, España dejó la administración de Portugal , bajo la supervisión general desde Madrid canalizada a través del virrey en Lisboa, y los asuntos importantes se remitían a Madrid, donde se presentaban ante el Consejo de Portugal.

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