Àngela me sorprende con el documento que se puede ver en la imagen. No se trata de sus primeras letras ni palabras escritas Estaríamos, más bien, ante un balbuceo gráfico. En anteriores ocasiones ya ha dicho que este o aquel rayajo era una “A” o bien su nombre completo, o el de algún amigo. En esta ocasión se trata más bien de frases. Ya sé que puede sonar un poco flipante, pero al igual que el niño de año y pico, y aún menos, construye frases, o al menos lo intenta, sin concordancia entre sus elementos, ahora, sin saber escribir, ni leer y sin conocer siquiera las letras ni los números, la niña intenta mostrar que ya sabe que en los libros hay mucha información en forma de texto, aparte de fotos y dibujos. Su madre le lee cuentos desde incluso antes de ver la luz.