La persona que pronunció estas palabras tiene tres pisitos a la venta, uno regalo directo de un constructor, y vive en un chaletito heradado de su padre, que trabajaba en las subastas de bienes embargados. Ha perdido muchos enteros con el tema de la bolsa y las acciones de su banco de toda la vida. Espera ver a su hija en un puesto de responsabilidad junto a un tío que está muy bien relacionado y conoce a peces gordos que saben mover hilos. “Que cambie el sistema capitalista mundial pero que los capitalistas y privilegiados sigamos siendo los mismos” le dijeron hace poco en un brunch para hacerle razonar. Ahora se consuela pensando que las expectativas elevadas no tardan en caer y para eso están los lobbies, que la guerra contra el infiel (y todos aquellos que niegan la existencia del espíritu) no debería terminar nunca y que la Historia pone a cada uno en su sitio.
Dicen que ayer fue un día histórico, esperemos que para bien de todos. Yo me alegro, por si quedaba alguna duda…