Hace tan sólo cuatro meses nos hablaban de una supuesta nueva enfermedad muy contagiosa y peligrosa, tanto como paralizar a un país durante cuatro días y sembrar el caos, la duda y la confusión en medio mundo. Hoy he oído por radio que el 82% de los casos analizados de gripe en España corresponden al nuevo tipo. ¿? Parecen muchos o lo he escuchado mal. Existe una gran incertidumbre, en parte porque hemos creído como verdad absoluta lo que nos han contado por televisión sobre la demoníaca pandemia que nos acecha. Ahora parece que no es para tanto, que la enfermedad cursa como una gripe normal, salvo en personas ya enfermas y con patologías previas. Mientras, se habla de grupos de riesgo que como coletilla queda muy bien. ¿Alguien se acuerda cuando se hablaba de los famosos factores de riesgo, o mejor aún del mapa de riesgos referidos a la ya olvidada PRL? (Por cierto y es que no puedo, pero el otro día me contaba un técnico superior, que ahora se dedica a los RRHH, con tres especialidades en su CV que a muchos de sus colegas les han recolocado como cobradores y que cada uno saque sus propias conclusiones)
Se han comprado millones de dosis de un supuesto principio orgánico que convenientemente preparado se inocula a una persona o a un animal para preservarlos de la enfermedad. Parece el cuento de siempre. Miedo, dinero, desconocimiento y tenemos los ingredientes de un guión planificado a conciencia. Si para todas las enfermedades y todos los riegos y todas las sustancias que inhalamos, bebemos y comemos nos tomáramos el mismo interés otro gallo nos cantaría.
Y ya me callo, pero el enunciado de “La prevención es la mejor medida” no logro entenderlo aún. ¿La mejor medida para qué, para no contraer la enfermedad, para no contagiar a los demás, para vacunarse cuanto antes? Si la prevención es la mejor medida en este caso y a la vista de las políticas públicas en materia sanitaria por qué no predican con el ejemplo en otras muchas actuaciones.