Uno está acribillado por las balas que vienen de Hollywood, pero en mi caso, prefiero ver cine menos convencional y que me diga algo, que me enseñe, que me transmita vivencias, que me haga viajar con los sentidos …
Desde que vi Amelie, me di cuenta que el cine francófono debía ser explotado, pero lo dejé aparcado hasta que vi Bienvenidos al Norte, y me di cuenta que debía pasar a la acción.
Un gran conocedor de este cine, él sabe quién es, me introdujo la gran trilogía de Québec, de Denys Arcand … simplemente MAGISTRAL. Tres películas que quitan el sentido. Con presupuestos escasos, un buen guión y grandes diálogos se consiguen obras maestras, y éste ha sido el caso. Me cuesta elegir cuál es la mejor de las tres.
Grandes directores, temáticas realesy directas, imaginación y guiones impresionantes. Sigo rascando de este cine, me resulta muy placentero, a veces duro, pero siempre extrayendo el lado humano y positivo.
Quizás aquí en nuestro país nos hemos quedado demasiado anclados en la Guerra Civil y en Ozores … salvando a algunos, excepciones que confirman la regla, que no son las de Torrente, aunque nos riamos con ella. Debemos hacer un cine parecido al francófono, a mi juicio. Historias tenemos, y no pocas, sobrándonos creatividad.
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