El arte en la sociedad: Literatura

El arte en la sociedad: Literatura

Es ésta una época en la que asistimos a importantes cambios políticos, sociales y culturales. Por una parte, la consolidación de las monarquías europeas trae consigo una activa vida cultural en torno a la corte, de modo que reyes y nobles se convierten en mecenas que impulsan la producción artística y protegen a pintores, escultores, escritores… Por otra, el desarrollo de la vida urbana, que ya se había iniciado en los últimos siglos de la Edad Media y durante el Prerrenacimiento, y el incremento del comercio, con el descubrimiento de nuevas tierras, hacen que la burguesía vaya adquiriendo una importancia creciente; y con la burguesía se va imponiendo una nueva visión de la realidad, en la que el disfrute de la vida y el arte como entretenimiento, ligado a la expansión del Renacimiento desde sus orígenes en la Italia del trecento y quatrocento, se manifiesta por el culto a la naturaleza y a sus elementos dentro de una perspectiva humanista donde la realidad del ser se funde con la alabanza de un mundo idealizado.

Los temas clásicos de la literatura griega y latina, los personajes y escenarios mitológicos, la literatura pastoril, el ser humano como centro del universo y el sentimiento platónico ante la persona amada, crean una corriente de poesía culta que renueva el espíritu de la época.

Paralelo a éste desarrollo, siempre presente desde los orígenes de la lengua, la lírica popular asciende de forma imparable, transmitida de boca en boca, hasta ser recogida en los numerosos cancioneros de la época. Su ligereza formal y su aire fresco de eterna juventud son fuente de inspiración de numerosas composiciones dirigidas, en su mayoría, a las clases más humildes.

Sin embargo, la culminación del Renacimiento como aportación exclusiva de las letras en los reinos hispánicos, se produce con la literatura mística. Este depurado lenguaje poético de sentidos múltiples, en su afán de comunicar la intensidad de la experiencia espiritual, y consciente de la insuficiencia de la lengua crea así una de sus mayores expresiones.

Más tarde los profundos cambios que experimenta la sociedad del siglo XVII alterarán la visión del mundo frente a la que tuvieron los renacentistas.

La economía, los trastornos monetarios, la inseguridad del crédito, las guerras económicas y el creciente empobrecimiento de las masas, crean un sentimiento de amenaza e inestabilidad en la vida social y personal, que están en la base de la gesticulación dramática de la cultura barroca.

Esta honda crisis es la que lleva a una nueva metafísica o a una nueva actitud ante el mundo. Por esta razón abunda la poesía sobre las ruinas, el paso del tiempo que todo lo destruye, la caducidad de la belleza, lo efímero de la existencia, derivando en melancolía, pesimismo y desengaño, que lleva a la idea de que la vida es sueño o simplemente nada.

Todo ello conforma la conocida sensualidad barroca, el despertar de los sentidos, el gozo por lo bello, los colores brillantes. Gustan de lo artificioso porque “agudiza el arte y el ingenio”. Disfrutan causando asombro y sorpresa, usando para ello desde la antítesis a la metáfora más audaz o la hipérbole más extremada.

El carácter de fiesta que ofrece el barroco no elimina el fondo de melancolía, pesimismo, desengaño y de un gusto por la soledad. También se advierte un aumento del sentido crítico, camuflado a veces entre fórmulas irónicas y burlescas.

Poesía y música siempre fueron de la mano. Gentes de todo tipo cantaron desde siempre sin preocuparse demasiado del origen o valor de sus canciones. Este fenómeno junto con el de la imprenta y un lento proceso de alfabetización , harían que se extendiera prodigiosamente el arte poético a lo largo de los siglos XVI y XVII.

Son dos siglos de poesía que abarcan desde el Descubrimiento de América, final de la Reconquista, Expulsión de los judíos… 1492. Hasta el lento declive con el final de la dinastía de los Austrias en la segunda mitad del siglo XVII.


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