Grandes autores: Música
La música en el Siglo de Oro español está marcada por el triunvirato de tres grandes compositores que pertenecen a tres generaciones distintas: Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria. Los tres pertenecen a la etapa renacentista de este Siglo de Oro, ya que fue principalmente en estos primeros años que se desarrolla en mayor amplitud la música española.
Cristóbal de Morales es conocido como “la luz de España en la música” debido a su gran repercusión tanto en vida como en los años posteriores a su muerte en la música española y europea. No conocemos prácticamente nada de su vida, salvo que nació en Sevilla hacia el año 1500 y que entró a formar parte de la capilla en la catedral de Plasencia como maestro en 1527. Posteriormente, en el año 1535, entró como cantor en la Capella Pontificia en Roma, donde se encontró entre los músicos de mayor calibre internacional. Fue aquí donde su desarrollo musical alcanzó una categoría superior al resto de músicos españoles, y donde surgió y se consolidó su reputación como tal.
Escribió una gran cantidad de composiciones siendo la mayoría liturgias en latín. Su obra fue editada por impresores musicales de Lyon, Wittemberg, Núremberg, Ausburgo, Amberes, Milán Roma y Venecia, y tras su muerte se añadieron editores de Alcalá de Henares, Sevilla y París.
Sus misas no seguían modelos españoles sino que seguía las de los maestros franco-flamencos, especialmente las de Josquin Desprez. Asimismo, los motetes de Cristóbal de Morales tuvieron una gran significación para la generación de compositores posterior, ya que influyó en las obras de éstos.
En 1545 regresó a España para ocupar el puesto de maestro de capilla en la catedral de Toledo alcanzando el cénit de su carrera musical. Fue aquí donde conoció al joven Francisco Guerrero encargándose de su aprendizaje. Cristóbal de Morales falleció hacia el año 1553.
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Francisco Guerrero nació en Sevilla en 1528. Entró como discípulo de Morales en Toledo, institución que le posibilitó el acceso a la biblioteca musical privada más importante de su tiempo recopilada por Hernando Colón, hijo del famoso navegante Cristóbal Colón.
Toda su obra se desarrolló en España, a pesar de que realizó múltiples viajes, lo que lo convirtió en el compositor más popular de su generación. Sus viajes se desenvolvían por Europa para la edición de sus obras en imprentas flamencas, francesas e italianas. Además, visitó Tierra Santa plasmando sus vivencias en su libro El viaje de Jerusalén.
Fue una personalidad importante en la España de su época pues fue recibido en audiencia privada por el emperador Carlos V, Sebastián de Portugal, Felipe II y por el papa Gregorio XIII. Además, asistió al enlace matrimonial del rey Felipe II con la princesa Ana.
Su obra abarcó casi la totalidad de géneros de música profana y religiosa, siendo su producción en lengua romance muy variada. Cabe destacar también su labor docente con discípulos como Francisco Sánchez y Alonso Lobo.
Su prestigio permitió la difusión de su obra manuscrita e impresa por todo el territorio español, tanto en la península como en las colonias. De hecho, la obra Liber vesperarum se convirtió en el repertorio central de las catedrales de México, Guatemala y Lima.
El maestro en el arte del contrapunto y en el manejo de las técnicas imitativas fallecía de peste en el año 1599.
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Tomás Luis de Victoria nació en Sevilla en el año 1548, falleciendo en el 1611. Estuvo en el coro de su ciudad natal rechazando ofertas como la del magisterio de Zaragoza. Esta situación hizo que sus composiciones no estuviesen dirigidas a ningún destinatario en concreto, lo que dificultó la introducción de su música en las catedrales.
Entre los años 1572 y 1605 contó con quince ediciones de su producción musical, encumbrándolo en el siglo XIX en el reformismo de la música religiosa española y universal.
Más tarde Victoria viajó a Roma donde hallamos la etapa más activa y mejor documentada del mismo, pues allí escribió más de la mitad de su obra editando además ocho libros. El compositor español se diferenció en su estilo en la capital italiana ya que no formaba parte de las capillas vaticanas, poseyendo un estilo más sencillo y espectacular.
En 1580 comienza a escribir obras en tres coros utilizando también timbres instrumentales como en su misa Pro victoria, a nueve voces y órgano.
Por último, su segunda etapa se desarrolla en Madrid, convirtiéndose aquí en el compositor más importante de la historia de la ciudad. Además, su música comienza a adoptar los usos italianos dejando atrás la tradición flamenca, encabezando así la vanguardia de la música.
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