El 10 de diciembre de 1898 se firmó en la ciudad de París, Francia, el Tratado que pone fin al régimen español, tanto en la isla de Puerto Rico como en el resto de las posesiones españolas en el Caribe y en la región del Pacífico, tras la guerra hispano-estadounidense.
El tratado se firmó sin la presencia de los representantes de los territorios invadidos por Estados Unidos, lo que provocó un gran descontento entre la población de las ex-colonias, especialmente en el caso de Filipinas, que acabaría enfrentándose contra los Estados Unidos en la guerra Filipino-Americana.
Aunque durante las negociaciones España intento incluir numerosas enmiendas, al final no tuvo más remedio que aceptar todas y cada una de las imposiciones estadounidenses, ya que había perdido la guerra y era consciente de que el superior poderío armamentístico estadounidense podría poner en peligro otras posesiones españolas en Europa y África.
Los negociadores se centraron entonces sobre la cuestión de las Filipinas, con los miembros de la delegación española albergando inocentemente la esperanza de ceder sólo Mindanao y las islas de Sulù , manteniendo bajo administración española el resto del archipiélago, algo a lo que los estadounidenses se negaron en rotundo.
Tras un breve debate, la delegación estadounidense ofreció veinte millones de dólares el 21 de noviembre y exigió una respuesta en un plazo de 48 horas.Eugenio Montero Ríos se sintió insultado y dijo airadamente que él podría responder de inmediato, pero la delegación estadounidense abandonó la mesa de conferencias. Cuando las dos partes se reunieron de nuevo, la reina Maria Cristina había telegrafiado ya su aceptación de los términos.