Las victoriosas campañas de don Gonzalo Fernández de Córdoba
en Italia, las exitosas expediciones norteafricanas de 1509 y la conquista del Reino de Navarra en 1512 llevaron al perfeccionamiento militar español, mediante el agrupamiento táctico de capitanías en coronelías, paso previo a la adopción del sistema del Tercio durante el reinado de Carlos V.
En el marco de las guerras hispanofrancesas que tuvieron lugar en la península italiana entre 1521 y 1538, el Ejército español consolidó su incipiente supremacía. El episodio central fue la Batalla de Pavía (1525), saldada con una severa derrota francesa. La importancia otorgada a los infantes provistos de armas de fuego –arcabuceros, evolución de los espingarderos-, adecuadamente combinados con piqueros, y el aumento de la capacidad de maniobra de las formaciones de infantería resultaron cruciales. Su eficacia también quedó probada en la victoriosa expedición de Túnez y en la ocupación del Milanesado, convertido por Carlos V en una importante plaza de armas a partir de 1536.