Los dos últimos días de este viaje los pasamos en Kangaroo Island. Partimos de Adelaide a las 7 de la mañana y fuimos, en autobús, hasta el ferri que nos llevaría a la isla. El viaje en ferri es de 45 minutos. Una vez en la isla (eran las 11 de la mañana), nos recogió el minibús con el conductor que nos iba a llevar por toda la isla durante esos dos días. Nos contó que era un tour “colaborativo”, es decir, que teníamos que hacer la comida, limpiar los platos, etc. Bueno, no nos habían dicho nada de esto, pero qué le vamos a hacer.
Primero visitamos una playa, que la verdad es que tampoco nos dijo gran cosa. Pasamos algo de tiempo ahí y después fuimos a comer. Nos acercaron a una granja donde hacían destilación de ecualiptus. Nos explicaron que el líquido que sacaban de la destilación servía como medicina, como crema para la piel, etc. Lo bueno de este sitio es que vimos emus (parecidos a las avestruces) y un pequeño possum (un marsupial, más parecido a una rata :-)).
Después de comer nos acercaron a Little Sahara. En medio de la isla se encuentra una acumulación de arena, traída por el viento, que forma una duna altísima. Lo que se hace aquí es, con tablas, lanzarte para abajo como si estuvieras en la nieve. Yo intenté hacerlo de pie (fui el único de todo el grupo que lo intentó), pero sólo pude recorrer unos metros antes de caerme. Luego bajé sentado en la tabla, aunque también me caí. Un poco torpe que es uno. Patri se tiró y cogió mucha velocidad. Se asustó y se lanzó, cayendo de cabeza :-). El resto de la gente apenas cogía velocidad. Estuvo muy bien, aunque subir hasta arriba de la duna cada vez era extenuante.
Hay una foto en la galería que es bastante peculiar. Resulta que había una estafeta postal y se quemó en un incendio. Pues, la gente, en vez de reponerla, pusieron buzones con lo primero que encontraban a mano: una caja, un bidón, hasta una lavadora!.
Después de esto fuimos a ver la reserva de focas. Pudimos estar a pocos metros de ellas. No se puede molestar a las focas, pues pasan tres días enteros (sin descansar) cazando en el mar y luego regresan a la playa para descansar por otros tres días. Había varios machos jóvenes que lo único que querían era juntarse con las hembras. Se acercaban poco a poco y se tumbaban al lado, hasta que el macho dominante se daba cuenta, levantaba el cuello y el macho joven salía corriendo, a buscar a otra hembra a la que arrimarse.
Hicimos varios recorridos andando, a la búsqueda de koalas. No vimos demasiados, pero pudimos ver muchos wallabies (canguros pequeños) y algún que otro canguro. Después de esto nos fuimos al sitio donde íbamos a dormir. Nos duchamos y a preparar la cena. Una barbacoa, mucha carne, algo de verdura y a comer. Hicimos un buen fuego (hacía mucho frío) y cuando anocheció el guía nos llevó a ver canguros. En el sitio donde estábamos (es una granja) dejan comida y agua y los canguros se han habituado a ir a comer allí. Estuvimos a poca distancia de los canguros, aunque las fotos no salen demasiado bien. Aquí sí que vimos muchos canguros, wallabies, incluso una araña grandísima que casi nos topamos con ella!.
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