FORMAS RELIGIOSAS: MISA
[kml_flashembed movie="http://www.youtube.com/v/_rAwHgopVkQ" width="425" height="350" wmode="transparent" /]
Las dos grandes formas polifónicas religiosas del Renacimiento, base de la liturgia católica, son la Misa y el Motete. A éstas habría que añadir el Coral y el Himno anglicano.
En el transcurso del s.XVI, la música para el Ordinario de la Misa continuó escribiéndose dentro de lo establecido por Josquin des Près y sus contemporáneos. Pese a esta tendencia, las formas más usuales se atenían a la utilización de elementos vigentes antes de dichos compositores:
1. Misa sobre cantus firmus de tenor. A medida que avanzaba el siglo, esta forma fue perdiendo popularidad, aunque en fechas tardías se produjeran todavía algunos ejemplos, como la “missa octavi toni”, de Palestrina.
2. Misa parafrástica: basada en elementos de algún modelo monófono libremente desarrollado con técnica imitativa, cuyas principales modalidades eran:
2.1 Las paráfrasis del canto llano, en las que cada movimiento está construido con materiales tomados está construido con materiales tomados de los movimientos correspondientes de una Misa Gregoriana. No contiene, conexión temática alguna entre los diferentes movimientos.
2.2 Las paráfrasis del canto llano, en las que todos los movimientos comparten el mismo material, derivado de un himno, una secuencia o una antífona gregorianos.
2.3 Las misas de “alternación”, en las que las secciones alternativas de una Misa Gregoriana quedan reemplazadas por la polifonía, basada en el material de las secciones desplazadas del canto llano.
2.4 Las paráfrasis basadas en tonadas populares.
3. Misa paródica, contruída sobre modelo polifónico. En el transcurso del XVI la técnica de la parodia ocupa lugar destacado en la composición de las misas. Lassus y Palestrina la emplean casi en las tres cuartas partes de las suyas. Mientras que las misas paródicas de Josquin se ciñen fundamentalmente a la elaboración de las melodías de modelo. Los autores posteriores van preocupándose crecientemente de la expansión de todos los aspectos del modelo, incluidos los elementos armónicos, de estructura y los patrones melódicos. Se siguen utilizando en igual proporción los modelos religiosos y los profanos.
En términos generales, la misa se basa en el motete. De hecho, los fragmentos de la liturgia llamados Kyrie, sanctus, agnus Dei son auténticos motetes, y el gloria y el credo son, en suma, la fusión de varios motetes en uan sola pieza.
La misa podía estar contruida tanto sobre un tema del repertorio gregoriano como sobre una canción popular profana. No es de extrañar, encontrar títulos de misas como “Malheur me bat” (las desgracias me abaten) o “L’homme armé” (el hombre armado).
Palestrina escribió misas que ya no contenían las infinitas repeticiones y elucubraciones contrapuntísticas de las del siglo precedente, sino que la serenidad y el equilibrio fueron sus notas dominantes.
