Smith no llegó a conocer el fenómeno de la sobreproducción ni las crisis nacidas de la sobreproducción. Conocía únicamente las crisis crediticias y monetarias, que el sistema crediticio y bancario lleva por sí mismo aparejadas. En realidad, Smith veía en la acumulación del capital un aumento indiscutible de la riqueza nacional y del bienestar general. Por otro lado, concebía el desarrollo del mercado interior hacia el mercado exterior, colonial y mundial como prueba de una sobreproducción, por así decir, relativa (en sí) en el mercado interior.
¿Es que no hay pueblos que exportan productos agrícolas? ¡Como si, a pesar de la naaturaleza, no se pudiera invertir en la agricultura todo el capital posible para producir, en Inglaterra por ejemplo, melones, higos, uvas, flores, aves, caza, etc. (véase, por ejemplo, el capital que los romanos invirtieron solamente en piscicultura)! ¡Y como si las materias primas para la industria no se produjeran por medio del capital agrícola! La naturaleza no ha puesto límite alguno a la magnitud del capital que puede emplearse para producir “las cosas agradables y bellas de la vida”. ¡Como si la naturaleza tuviera algo que ver con esto!
Karl Marx, La crisis del capitalismo.