El blanco principal para la crítica de Adam Smith, como bien se sabe, fue la doctrina (o “sistema de economía política”) de la escuela mercantil. El principio básica de esa escuela o sistema, como él la interpretó, consistía en una falacia de identificación de la riqueza con el dinero y en el supuesto de que se trataba “de atesorar oro y plata en cualquier país por considerarse que era la forma más rápida para enriquecerlo”. Él vio en esta falsa doctriana el principal obstácula para una extensión de las ventajas de la “libertad natural”, a la esfera del comercio, tanto exterior como doméstico, que según él traería consigo todas las ventajas de la competencia y del abaratamiento y la expansión progresiva de la división del trabajo junto con la gran mejora de las fuerzas productivas que de allí se engendrarán.
Maurice Dobb.