«Mantenerse ocupado, febrilmente ocupado, es uno de sus antídotos contra la enfermedad de la melancolía desatada…» (257)
Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
«Mantenerse ocupado, febrilmente ocupado, es uno de sus antídotos contra la enfermedad de la melancolía desatada…» (257)
Fernando Marías, Todo el amor y casi toda la muerte.
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