Como es conocido, los preservativos son imprescindible hoy en día en la vida cotidiana, sean en Europa o Asia o cualquier otro continente. ¿Pero qué usaban la gente del siglo XVI para evitar concepciones? ¿También había condón en esa época? Ahora veamos.
La llegada del Renacimiento durante el siglo XV provocó una ¨revolución cultura¨ que, en la sexualidad se tradujo en una ¨experiencia vital¨, más allá de la concepción, y empezaron a utilizarse métodos anticonceptivos. Se usaban, por ejemplo, sustancias, algunas de ellas usadas en la cocina como la miel o el vinagre, que se introducían en la vagina para frenar la actividad del ¨líquido seminal¨, aunque no de los espermatozoides, porque no se conoció se existencia hasta el siglo XVI.
En el siglo XVI el anatomista y cirujano Grabiele Fallopio, el mismo que describió los canales que conducen del ovario al útero diseñó un preservativo hecho con una tripa de animal y lino que se ataba al pene con un lazo de color rosa. Era el dicho condón. Era bastante grueso e incómodo. Su función principal era prevenir la sífilis, aunque no tuvo mucho éxito. Había un gran problema de que se reutilizaban, debido a su alto costo.
La Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca exhibe en sus vitrinas un preservativo hallado en el interior de un libro de Medicina del siglo XVI. Es un anticonceptivo elaborado con tripa de cerdo, además en su extremo lleva una cinta de color azul que servía para ajustarlo al miembro viril.
El anticonceptivo fue hallado cuando se revisaba y recatalogaba una parte de los fondos históricos de esta biblioteca, una de las mejores de Europa por la cantidad y la calidad de los textos que alberga.
En realidad, no encontraron sólo uno, sino dos. Aparecieron perfectamente envueltos en una hoja de periódico de 1857 que a su vez estaba en el interior de un manual de Medicina de siglo XVI.