Joanna y Blanca hablan el catalán-valenciano apitxat. En este dialecto, las vocales abiertas [ɔ] y [ɛ] tienen la abertura más cerrada que en el resto de dialectos valencianos. En su caso –como en otros similares– se está produciendo un fenómeno reseñable: la pérdida de la distinción entre las vocales abiertas y cerradas. La lengua ambiental parece explicar el fenómeno. Muchos(-as) profesores(-as) de mis hijas son castellanohablantes que han aprendido el valenciano en la edad adulta, y yo mismo pertenezco al mismo grupo. Sólo su madre y sus abuelos maternos (Comarca de la Plana Baixa) les proporcionan un input puro con distinción entre abiertas y cerradas. ¿Castellanización? ¿reestructuración interna? Es más clara, por otra parte, la perdida de [ɛ] que la de [ɔ]. De momento, pues, las siete vocales del catalán occidental pasan, en su caso, a cinco, seis, si contamos [ɔ]. Por supuesto, presentan todos los fenómenos fonéticos habituales de las consonantes del dialecto apitxat.