Diario fono-kinésico de Joanna

hola

8 thoughts on “Diario fono-kinésico de Joanna

  1. Me ha parecido muy interesante todo lo que cuentas sobre Joanna. Es una fantástica reflexión. Espero que continúes publicando cosas tan interesantes, Alexandra.

  2. Hola Xose, me he quedado alucinada de todo lo que he leído sobre Joanneta. No tenía ni idea de que estabas haciendo una cosa así y, muy sinceramente, me ha sorprendido muchísimo. Dentro de nada yo también tendré a mi bebé y me encantará poder compartir contigo alguna de estas manifiestaciones que vosotros ya habéis experimentado. Ánimo y un beso: Mari Cruz

    • Hola M. Cruz: me alegro de que te guste el blog. Cuando tengas tu bebé podremos compartir experiencias. Besos, Xose

  3. Muchas personas piensan que los bebés son aburridos. No hablan, no interactúan y no paran de llorar. Esta creencia –como muchas otras relacionadas con los bebés- es errónea. Los bebés no son aburridos, somos nosotros los aburridos. No sabemos interpretar sus mensajes y sobre todo no sabemos ver todo lo que nos ofrecen. Un bebé es un sistema comunicativo en formación. Es como si el Universo hubiese estallado en su famoso Big Bang y se mostrase ante nosotros para estudiarlo. Es cierto que los bebés no hablan –al menos al principio-, pero sí se comunican utilizando para ello todo tipo de mensajes. Los bebés -igual que los adultos- tienen tres mecanismos comunicativos: (a) el fonético, (b) el kinésico y (c) el paralingüístico. El mecanismo fonético es el relacionado con los sonidos. Al principio los bebés no usan más que el llanto. Pero al poco tiempo este llanto se trasforma en sonidos más o menos articulados que devienen en fonemas, sílabas y holofrases. El mecanismo kinésico es el relacionado con los gestos, posturas, movimientos, etc. Algunos los llaman lenguaje no verbal. Los niños se mueven, palpan, pero sobre todo miran. Mi hija Joanna (a la que llamamos cariñosamente Joanneta o Xiki) no ha parado de mirar desde el primer día que nació. Los bebés al principio miran pero no ven. De hecho tienen una especie de telilla que cubre sus ojos que les impide ver. Pero a los tres meses más o menos la cosa cambia. Los bebés abren los ojos y empiezan a descubrir el mundo. Sus ojos y su cerebro son nuevos y una miríada de mensajes empiezan a estimular su retina. Joanneta, que tiene unos preciosos ojos azul agrisado, ha mirado siempre tan fijamente que la gente nos paraba por la calle y le decía: “¿tú qué miras, descarada?”. Tal es su gusto por mirar que parecía que el mundo no le cupiese en los ojos. El mecanismo paralingüístico está relacionado con la entonación o, dicho de forma más precisa y genérica, con el componente lingüístico suprasegmental. Cuando enseño a los futuros profesores de ELE (español como lengua extranjera) qué deben hacer en sus clases de pronunciación para extranjeros, les digo que el Método Verbo-tonal (MVT) propone que lo primero que un estudiante de una LE debe hacer es aprender a entonar. Y justifico este consejo diciendo que los niños que aprenden su lengua materna lo hacen así. Este consejo es en parte cierto y en parte falso. Los bebés no empiezan entonando, empiezan llorando, y pronuncian primero sonidos aislados que estructuras melódicas, pero lo que sí es probablemente cierto –aunque no hay pruebas empíricas que lo certifiquen- es que los bebés empiezan su proceso de adquisición del lenguaje reaccionando a estímulos entonativos. Los padres, los abuelos y las visitas en general producen cientos de frases en las que el mensaje paralingüístico es más importante que los sonidos en sí, y sobre todo que el contenido trasmitido. Cuando tengo que explicar en la asignatura de Pragmática, la diferencia entre comunicar referencialmente y comunicar pragmáticamente siempre pongo el ejemplo de la visita al bebé de una madre que acaba de dar a luz. La frase “tu bebé es más feo que picio” es gramaticalmente correcta, y, en la mayor parte de los casos, bastante descriptiva, ahora bien, ¿hay alguien capaz de pronunciarla delante del bebé y su madre? No. A nadie se le ocurriría decir semejante blasfemia. En su lugar, utilizará frases como: “¡Qué niña tan guapa!” “¡Qué ricura de niño!” o simplemente “¡¡¡Es que me lo comería!!!”. Que traducidas al lenguaje descriptivo significa: “Me alegro de que todo haya salido bien y comparto tu alegría”. En todos estos casos, lo importante es el contenido paralingüístico. Así, en los primeros meses de vida el bebé no oirá otra cosa que frases del tipo: “Pichurrín, chiquitina, bombón, la nenita de su abuela, pero qué cosa más bonita, etc., etc.” Todas ellas son frases vacías de contenido referencial, pero llenas de contenido pragmático. Con ellas todo el entorno del bebé expresa su alegría y su amor hacia el recién nacido. Por lo tanto, sí es cierto que las primeras reacciones del bebé son ante mensajes paralingüísticos. De hecho, hay una manera especial de hablar a los bebés, y esta manera está relacionada directamente con el lenguaje no verbal, incluyendo ahora en él lo kinésico y lo paralingüístico. Se ha comprobado que sin tener ningún tipo de conocimiento previo sobre una determinada lengua, cualquiera es capaz de diferenciar cuando una madre habla a su bebé y cuando está misma madre habla a una persona diferente. Ya hable en suajili, en catalán, en japonés o en hebreo, una madre (un padre, una abuela o un familiar cercano en general) las inflexiones melódicas de la madre, sus gestos y todo su sistema comunicativo global no dejarán dudas de que esto es así. Algo parecido ocurre con los gestos. Detengámonos alguna vez y miremos la cara de los padres y abuelos.
    Los bebés son, pues, interesantes. Yo diría que muy interesantes. Voy a iniciar, por tanto, una especie de diario de la evolución comunicativa de mi bebé. Mi Joanna, la de los ojos azules de mar profunda. Voy a llevar a describir la evolución de su sistema comunicativo, intentando recoger datos que pertenezcan cada uno de sistemas que he mencionado (fonético, kinésico y paralingüístico). He grabado sonidos emitidos por Joanna desde su nacimiento, y, como aficionado a la fonética, será éste el sistema al que prestaré más atención. Pero como afirma el MVT, y yo estoy de acuerdo con él, todos los sistemas están interrelacionados. No pronunciamos los sonidos aislados del movimiento de nuestro cuerpo. Hablamos con sonidos, pero también con los gestos de nuestra cara y de nuestras manos, por lo tanto, analizar sólo la fonética sería falsear la realidad. La comunicación, en la mayor parte de los casos, es tono y lenguaje no verbal.

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