Túnez se abre hacia el mar Mediterráneo y comunica hacia Europa y Oriente Medio. Desde la antigüedad, su situación permitió la entrada de una gran diversidad de pueblos que controlaron la región, pero fueron los árabes los que dejaron su marcada huella, lenguaje, fe y cultura.
Túnez constituía una de las zonas consideradas estratégicas como forma de poder controlar Sicilia que se separa del Cabo Bon a tan solo ochenta millas y permitía las influencias europeas. El territorio siempre ha despertado un interés por controlar y dominar, de hecho, en el siglo XVI Carlos V planeó su conquista para poder extender la frontera hispánica hasta el extremo más oriental del norte de África. El emperador, lanzó una expedición hacia Túnez en el año 1535.
Un año antes, en el 1534 los otomanos dirigidos por Barbarroja, desembarcaron en Túnez ocupándola y ocasionando la marcha del sultán reinante Muley Hasaf que se dirigió a Qaraywan. La conquista de los otomanos en la zona nororiental de Túnez, les permitió el control de un lado de la zona de Mesina y les facilitaba el paso por el Mediterráneo.
Por su parte, Carlos V, en el año 1535 y gracias al apoyo de Muley Hasan decidió emprender la conquista de Túnez y reunió un ejército de unas grandes dimensiones: 400 barcos con unos 26.000 hombres, que desembarcaron en la costa tunecina. Barbarroja, decidió abandonar Túnez, motivado por la presión cristiana y la falta de lealtad de la población.
Una vez que las tropas españoles se encontraban en las tierras tunecinas, la ocupación fue llevada a cabo en unas líneas que se han considerado estremecedoras, de hecho la crueldad y brutalidad que utilizaron las tropas españolas para ocupar la zona fueron inimaginables.
La ciudad no presentó prácticamente ningún tipo de resistencia y en agosto de 1535 se firmó un pacto con Muley Hasan que le concedía de nuevo sus derechos como sultán, pasando a ser tributario y súbdito de la Corona Española y a su vez, de adquirir una serie de provisiones por parte de ésta, de la Goleta.
A los españoles, tampoco se les presentó problemas para ocupar la zona, porque en esos momentos Túnez vivía en una excepcional calma y además, también contaron con el apoyo del Papa, propulsor de hacer frente a las fuerzas anticristianas. Además, tanto Francia como Alemania se mantuvieron al margen, en los alemanes, por su parte, se les había despertado un temor e incluso odio hacia los turcos.
Túnez, se puede considerar una zona con una gran diversidad fruto de todas sus conquistas. El gobierno, desde la época precolonial, intentó cambiar puntos que ellos consideraban anticuados, sobre todo, lo vinculado al Islam. Las instituciones, la lengua y la educación islámica siguieron funcionando, pero fueron perdiendo prestigio y se intentó iniciar reformas sociales para motivar la liberación de los tunecinos en relación a las creencias y prácticas que se veían como muros para poder conseguir el desarrollo.