La persona que se aleja, disfruta tanto como la que se acerca.
El viajero no tiene dirección, el viaje adquiere su razón de ser, por la propia necesidad de expandir experiencias, conocimientos, momentos.
Un país no es igual a otro, todos son diferentes, las personas también lo son, todo cambia, rápido, veloz, tanto que cuando vuelves a un país unos cuantos años mas tarde, nada tiene que ver con lo que recordabas, no cabe duda, el propio prisma desde el que tu observas, va rotando y cambiando no solo tu visión sino a ti mismo.
No obstante mi hermana me comento que algo siempre permanece indiferente, semejante, similar,… un pesado o plasta o cuscuño como diría mi hermano, es lo mismo aquí, que en Japón y dicho esto el sitio donde mas eterno, se te puede hacer la conversación de alguien a quien no quieres oír, es en un sitio en el que no puedes salir y en el que no hay manera de huir, y si el viaje es largo, tu desesperación puede llegar a limites insospechados y es ahí donde mi hermana Arancha nos lego a sus mas allegados esta útil solución.
Como cualquier util solución tiene sus reglas eso si…
1. Sacar el portátil de la funda;
2. Abrirlo despacio y tranquilamente;
3. Encenderlo;
4. Asegurarse que el vecino pesado está mirando;
5. Abrir una pagina de Internet;
6. Cerrar los ojos por breves momentos, abrirlos y echar una mirada al cielo;
7. Respirar profundo y abrir este site:
http://www.myit-media.de/the_end.html
8. Observar la expresión facial de tu vecino.