La economía de la experiencia es un concepto que surgió en un artículo publicado en 1998 por B. Joseph Pine II y James H. Gilmore. Según los autores los negocios deben crear eventos memorables para sus clientes. Esto resulta aplicable a servicios como el turismo: el viajero ya no quiere solo un lugar para pasar el tiempo, quiere experiencias emocionantes.
Del mismo modo los clientes de la industria de la música que se conectan a plataformas de “streaming”, descargan canciones o compran discos desean mejorar su experiencia, ¿cómo? viviendo la emoción de un concierto en directo, sobre todo ahora que después de muchos meses vuelven a programarse.
Con las ventas de música grabada en caida libre desde hace unos años, la economía de la experiencia en el negocio de la música explica el cambio que mantiene en el mercado a artistas cuya facturación proviene ahora fundamentalmente de la demanda de música en vivo, una experiencia diferente a escuchar música en casa o en el coche.
Aunque no crearon el concepto, desde sus inicios las estrellas del rock and roll ya tenían claro qué era eso de ofrecer experiencias inolvidables, muchas de ellas son momentos memorables que forman parte la historia del rock: Elvis y su movimiento de cadera, Jerry Lee Lewis quemando un piano, Queen en Live Aid o la actuación de Metallica en la Antártida.
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