Un estudio publicado en la revista Oecología concluye que sistemas forestales como el mediterráneo, donde la escasez de agua es un agente limitante del crecimiento, no pueden responder como sumideros de dióxido de carbono (CO2) para compensar el efecto invernadero.
La investigación, liderada por Juan Carlos Linares desde la Universidad Pablo de Olavide, ha analizado los bosques de pinsapo (Abies pinsapo), con el fin de conocer su eficiencia en el uso del agua, es decir, el cociente entre cuánto carbono toma la planta en relación con el agua que pierde. El estudio de este relicto abeto, con una presencia reducida al sur de España (Sierra de Grazalema) y el norte de Marruecos, tiene su base en sus particulares características, además de en su sensibilidad ante posibles cambios en el entorno. Esto le hace, según los investigadores, un modelo ideal para predecir el comportamiento futuro del sistema mediterráneo.
La conclusión final a la que han llegado los investigadores apunta a que la vegetación puede responder al aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, pero hasta cierto límite. Según el estudio, cuestiones como la competencia entre individuos y el estrés hídrico impiden que la captación del principal gas de efecto invernadero se incremente al mismo nivel al que crece su emisión.
Consulta el artículo completo publicado en la revista Oecologia.
Fuente: SINC