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Brujería Inquisición

ORACIÓN

Señor, Dios de todos los hombres, en algunas épocas de la historia los cristianos a veces han transigido con métodos de intolerancia y no han seguido el gran mandamientos del amor, desfigurando así el rostro de la Iglesia, tu Esposa.

Ten misericordia de tus hijos pecadores y acepta nuestro propósito de buscar y promover la verdad en la dulzura de la caridad, conscientes de que la verdad sólo se impone con la fuerza de la verdad misma.

Con esta oración, Juan Pablo II (antecesor de Benedicto XVI, actual pontífice) pide perdón por los desmanes cometidos por la Iglesia

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EL AUTO DE FE DE LOGROÑO DE 1610 Y LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI

En este apartado, vamos a explicar el caso de las brujas de Zugarramurdi y el auto de Logroño que se inició como consecuencia de éstas.

En los primeros años del siglo XVII, la tormenta se desató en la pequeña aldea navarra de Zugarramurdi debido a, una vez más, de una caza de brujas habida en el país vasco-francés dirigida por el tristemente célebre Pierre de Lancre. En el otoño de 1608, volvía a dicha aldea María, una muchacha de veinte años que había emigrado a la localidad francesa de Ciboure pocos años atrás, donde tuvo la ocasión de presenciar dicha caza de brujas y movida, por su fértil imaginación, comenzó a contar a sus vecinas las extraordinarias cosas que habían presenciado entre ellas su asistencia a los aquelarres de Zugarramurdi. Al dar los nombres de otros asistentes, se desató la espiral, podríamos decir, brujomaníaca, por lo que en enero de 1609 llegaba a la aldea un comisario de la Inquisición y pronto se iniciarían las detenciones, que culminaron en el auto de fe celebrado en Logroño en noviembre de 1610, con siete brujas quemadas en persona y cinco en efigie (recordar que no siempre se quemaban a los herejes en persona, llegándose incluso a quemar sillas).

Consecuencia directa del caso de las brujas de Zugarramurdi, fue el inicio del auto de fe de Logroño de 1610 del impresor Juan de Mongastón, donde se detallaban exhaustivamente las acusaciones que pesaron sobre los brujos y sus ricos y ceremonias.

Las consecuencias que se derivaron del auto de fe celebrado en diciembre de 1610 fueron de enorme importancia en cuanto a la postura a adoptar por la Inquisición española ante la brujería, delimitándose claramente dos tendencias: la de quienes abiertamente negaban la existencia de brujas y brujos, y la de quienes se aferraban a su realidad. (Arturo Morgado García, 1999, pág. 129-138).

En definitiva, no existía en el seno de la Iglesia una opinión única acerca de la veracidad o no de la existencia de brujería, como quedó patente en el auto logroñés. De todos modos, la quema de brujas quedó de manifiesto en los numerosos documentos del Santo Oficio.

Finalmente, nos gustaría finalizar con un pequeño documento que trata algunos de los temas tratados anteriormente. Muy abundante es lo que se ha impreso acerca de los brujos y las brujas procesados por los inquisidores de Logroño; es decir, los que tenían sus juntas en Zugarramurdi y que fueron objeto de un auto de fe en 1610. El gran antropólogo y conocedor de la brujería vasca Julio Caro Baroja nos los describe:

La acción práctica del inquisidor Alonso de Salazar y Frías

Salazar parte de la idea de que la mayoría de las declaraciones y acusaciones son producto de la imaginación. Examinó, en primer lugar, a 1384 niños y niñas de seis a catorce años los varones y a doce hembras que fueron absueltos ad cautelam y cuyas declaraciones le parecían llenas de defectos. Sobres estos menores había hasta 290 personas más de todas edades incluidos los viejos decrépitos de más de ochenta años que fueron reconciliados amén de cuarenta y una persona con menores culpas, absueltas ad cautelam, también con abjuración, como levemente sospechosos de herejía. De estos hubo seis relapsos, que declararon haber vuelto a las absueltos y reconciliados juntas de las brujas. Más también ochenta y una personas que revocaron confesiones anteriores: sesenta y dos hechas ante el comisario del distrito y nueve en Logroño, otras en la visita.

El núcleo principal para sus averiguaciones, lo dieron 420 individuos que hubieron de testimoniar en un sentido u otro y que fueron interrogados sobre todos estos puntos esenciales:

1)      Forma de ir a los aquelarres y lugares donde estos se celebran

2)      Actos realizados en ellos.

3)      Pruebas externas de ellos.

4)      Evidencia que resultaba para declarar culpa o inculpabilidad.

5)      En la memoria, síntesis de otras anteriores prolijas en punto a la primera cuestión, dice Salazar de comprobación de los lugares de los aquelarres mandada realizar por un comisario del Santo Oficio, examinando treinta y seis testigos de los pueblos de Santesteban, Iraizoz, Zuibieta, Sumbilla, Dona María, Arrayoz, Ciga, Vera (y Alzate, que aún era señorío aparte), no hubo el menor acuerdo ni se llegó a conformidad, sino es en las ocho preguntas que se les hicieron referentes a dos lugares. Las declaraciones sobre el modo de ir y de volver resultaban también contradictorias o, por lo menos, sospechosas. La mayor parte de los inculpados decían que dormían antes de ir; que, en efecto, volaban incluso en la figura de mosca  o de cuervo, saliendo por los resquicios y agujeros más pequeños. Pero no faltaban los que parece que creían ir o iban de modo menos extraordinario. Pero, en conjunto, todos declaraban insistiendo en las notas de misterio. Ahora bien, habiéndose descubierto veintidós ollas y una nómina de ungüentos, polvos y cocciones. […]

Algunos animales a los que se administraron las sustancias terroríficas dieron excelente prueba de que todo era mentira, que aquellos potingues eran inoperantes.

Pero Salazar va más adelante y a los testigos y luego a los propios brujos, les demuestra que no han ocurrido las cosas que dicen. Una vieja, María de Echevarría, en una audiencia afirmó que veía a una porción de personas que los demás no pudieron ver. Un muchacho, Martín de Arraçum, sostuvo que había sido llevado a un aquelarre a dos leguas de distancia de donde estaba y nadie le echó en falta en aquel tiempo. Otro tanto le ocurrió a una tal Catalina de Sasterarena. A otra tocaya de ésta, Catalina de Lizardi, se le demostró que, después de haber tenido ayuntamiento carnal con el Demonio y de haber derramado mucha sangre, según decía, había quedado doncella y lo mismo comprobaron varias matronas sobre otras muchachas. Pero esto no fue todo. En Santesteban, algunos muchachos hablaron de un aquelarre famoso que se solía celebrar el día de San Juan, en determinado punto. Dos secretarios del Santo Oficio, comprobaron que no había nada en aquel lugar. […]

Tampoco creyó Salazar nada de lo que se dijo acerca de las asechanzas que le prepararon, echándole polvos, poniendo fuego a la sala donde estaba o volando sobre él en un viaje, a la entrada de San Sebastián.

El año de 1613 completó el inquisidor sus averiguaciones examinando los antecedentes en cuestiones de Brujería que constaban en los archivos de la Inquisición, y pudo comprobar que, desde 1526 a 1596, se registraron nueve complicidades y siempre se reconoció la ambigüedad de la materia. De cualquier forma, resultaba evidente que en el proceso de Logroño de 1610 se había procedido con ligereza. Salazar se acusa de no haber respondido en su voto a los argumento en su voto a los argumentos flacos de los oponentes y cree que no se actuó con la rectitud y cristiandad debida por todo esto;

1) Por haber coaccionado a los procesados a que declararan positivo y dándose por culpables, prometiéndoles libertad si lo hacían sugestionándoles de varias formas.

2) Por haber no consignado muchas revocaciones, incluso de gentes que en trance de morir habían pedido revocar por medio de su confesor

3) Por no haber acabado de averiguar la verdad.

Las violencias con los revocantes fueron tan escandalosas en casos que una pobre mujer, llamada Margarita de Jauri, al ver que se negaban a admitir su revocación se suicidio echándose al agua. Salazar, llevado de su prurito de exactitud, anota hasta 1672 perjurios y falsos testimonios levantados a inocentes tomando como base las ochenta revocaciones más conocidas por él y por otro lado se apoyó en principios completamente viciosos. […]

Una tesis tan radical no podía por menos de ser combatida por aquellos colegas de Salazar que en el proceso de Logroño, antes y después manifestaron credulidad absoluta. Así parece que hubo de escribir varios memoriales respondiendo a los que, por su parte, redactaban aquellos, irritados, según parece porque fuera Salazar el que salió responsable del edicto de gracia, que cada uno deseaba administrar. […]

Julio Caro Baroja, Las brujas y su mundo.

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Inquisición Introducción

Introducción a la Inquisición española

1 de Noviembre de 1478.

Con la corona española recién unificada, da comienzo a un oscuro período de crueldades y calamidades por parte de la Santa Inquisición. Fue una nueva versión del viejo tribunal de la Fe, hasta este momento, en manos del Papa.

Los inquisidores, en colaboración con los obispos, intentaban disuadir a los europeos occidentales de que adoptase posiciones teóricas o actitudes éticas que no fueran otras que las adoptadas por la Iglesia. Por ello, tan pronto como renacía un sentimiento que atisbaba un mínimo de libertad de pensamiento, surgía una institución encargada de velar por la integridad de la fe o la moral tradicional. Por tanto, en los lugares donde la religión siguió siendo importante en el orden político, la Inquisición se conservó.

Llegados a este punto destacaremos que la cristiandad en el s. XVI se dividió en dos bloques a causa, y en nombre, de la libertad de pensamiento. Por lo que la prometedora tolerancia del Imperio Cristiano, quedó frustrada, y en nombre del cristianismo se presentó la intolerancia, incluso de aquellos que se proclamaban defensores de la libertad de conciencia.

Por otro lado, y en relación a lo comentado anteriormente destacaremos que siempre, y en todos los tiempos, ha habido persecución y represión sobre todos aquellos que han querido ignorar los postulados ideológicos que inspiran el vivir de la mayoría de los ciudadanos.

El 1 de noviembre de 1478, el papa Sixto VI decreta el establecimiento de la Inquisición en España, bajo la tutela de los Reyes Católicos.

Los Reyes Católicos  nombraron como primeros inquisidores a;

–         Fray Juan de San Martín (Prior del monasterio de San Pablo, en Burgos)

–         Fray Miguel de Morillo (Vicario de la Orden de Predicadores)

Por todo ello, la Inquisición fue un dogma definido por una Iglesia cada vez más poderosa, en la que se reclamaba un instrumento de seguridad que garantizara la uniformidad de la creencia en dicho dogma. Por otro lado, la Inquisición sirvió a los Reyes Católicos como complemento a sus reformas administrativas.

Como conclusión a esta presentación del tema afirmaremos que, la Inquisición luchó en dos frentes; la persecución a los herejes, entre ellos, las brujas, y también a los opositores a la Corona.

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Brujería Inquisición Introducción

Definiciones

En primer lugar, sería importante dar, aunque sea de forma breve, una definición de los conceptos más importantes: brujería e Inquisición.

La brujería es una representación del mundo y de las fuerzas invisibles que lo animan, como los aquelarres y las misas negras, los grandes procesos de la Inquisición y las hogueras, cuyas imágenes todavía nos fascinan.

Brujería

-Según la RAE (Real Academia Española), la brujería es un conjunto de prácticas mágicas o supersticiosas que ejercen los brujos y las brujas.

-Según Jean-Michel Sallmann (1991), la brujería (durante la Historia Medieval y Moderna) tenía una doble cara. En su forma más benigna, era un poder extraordinario y en su forma más grave, una antirreligión.

Una de las tantas imágenes de la bruja. Ésta, de Blancanieves

Inquisición

-Para Beatriz Comello en su obra Inquisición Española (1999), fue una institución dedicada a mantener la ortodoxia católica en sus territorios y juzgar los delitos contra la fe.

En Brujería en tiempos de la Inquisición se tratará más el Santo Oficio establecido en España, principalmente por estar situados, precisamente, en este lugar.

Las definiciones dadas son unas de las tantas existentes, y si no que se lo digan a los Monty Python que aportan su propia visión acerca de la Inquisición española.

Aquí os dejamos un vídeo sobre ello en inglés pero con subtítulos en español.

http://www.youtube.com/watch?v=8mzfyVluiIU

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Brujería Inquisición Introducción

Brujería en tiempos de la Inquisición

A mediados del siglo XV, el Occidente se abrasa. Un incendio monstruoso en forma de epidemia se propaga. Arden hombres y mujeres, aunque especialmente mujeres.

Las brujas son las novias del Diablo. El rumor así lo dice y así lo prueban los jueces civiles y religiosos. Asisten a los aquelarres, echan sortilegios, siembran la enfermedad y la muerte.

Durante dos siglos, miles de brujas son acorraladas, denunciadas, llevadas a juicio antes de ser pasto de las llamas.

Habrá que esperar hasta finales del siglo XVII para que se alcen algunas voces, voces que gritan y reclaman un poco de razón, y para que paulatinamente vayan apagándose las últimas hogueras.

Jean-Michel Sallmann, Las Brujas, amantes de Satán.

En este blog, intentaremos aportar información significativa y siempre interesante acerca de la brujería, concretamente, aquella que se desarrolla durante la vigencia de la Inquisición (en el caso español, desde el siglo XV al XIX).