Retrato del papa Alejandro VI,
de quien Cisneros consiguió una bula
para la reforma de las comunidades religiosas
Máximo conocedor tanto de los Franciscanos como de las demás órdenes religiosas, Cisneros fue testigo de cómo las comunidades religiosas disfrutaban de toda clase de licencias y riquezas. Un hombre religioso, exigente y dogmático como Cisneros, no podía ver tanta relajación en la disciplina religiosa. En 1494, Cisneros consiguió que la reina Isabel obtuviera del papa Alejandro VI una bula para iniciar la reforma de las comunidades religiosas. La ejecución recayó en manos de Cisneros. Siguiendo las consignas papales, fue nombrado reformador de los monasterios de su diócesis (1495), de los conventuales franciscanos (1496) y de las órdenes mendicantes (1499).