El Holocausto y sus problemas

Esta viñeta de Romeu, publicada en El País el 17 de mayo de 2008, me ha parecido pertinente para comentar el articulo “Demasiado Holocausto mata al Holocausto”, escrito por Tony Judt en el número de agosto de Le Monde Diplomatique.

El historiador británico plantea cinco problemas acerca del Holocausto en nuestra época actual:

  1. El dilema de las memorias incompatibles. ¿Por qué se habla tanto del Holocausto y tan poco de otros grupos humanos que también fueron perseguidos y asesinados en la Segunda Guerra Mundial? ¿Por qué el Holocausto es tan particular?
  2. Exactitud histórica y riesgos de sobrecompensación. Hasta los años 60, el Holocausto fue ignorado en Europa. Según Judt, todavía hay más: en realidad, sólo para nazis y judíos el Holocausto ocupa un lugar central en la Segunda Guerra Mundial, desde puntos de vista radicalmente distintos. Tal vez habría que estudiar por qué tuvo tan poca importancia en vez de investigar únicamente sus raíces y sus hechos.
  3. El concepto del mal. Tanto hablar del “mal” ha hecho que pierda su sentido. Muchas veces se recuerda que Auschwitz fue único e irrepetible, pero el fantasma del holocausto reaparece siempre que tienen lugar genocidios o acciones contra colectivos en otras partes del mundo. Para comprender el mal no es suficiente con elevarlo a categoría.
  4. Riesgo de invertir toda nuestra energía emocional en un único problema. Aunque no siempre nos demos cuenta, hay otros problemas, otros “males” aparte del Holocausto. Además, este reduccionismo, que el autor compara con lo que se está haciendo en la actualidad con el terrorismo, o durante la Guerra Fría con el totalitarismo, entraña un peligro: la utilización partidista de ese problema.
  5. Relación entre la memoria del Holocausto europeo y el Estado de Israel. El Holocausto se ha convertido para los dirigentes israelís en un perfecto chaleco antibalas o, mejor aún, en un sistema defensivo que se activa cada vez que alguien critica sus actuaciones. El uso indiscriminado del calificativo “antisemita” y la utilización del Holocausto van de la mano.

Los problemas identificados por Judt están en negrita. Lo que sigue es una mezcla de sus tesis y mis opiniones, el que quiera leer el artículo ya sabe, que se compre Le Monde Diplomatique o que espere a que lo escanee 🙂 No hace falta ser muy listo para imaginarse que, con toda probabilidad, la viñeta de Romeu fue calificada de antisemita (problema 5) por haber tratado en ella el problema 3.


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