Ya en fechas muy tempranas, podíamos encontrar sustitutos para miembros mutilados, como lo son los garfios, pero no fue hasta el siglo XVI con el médico militar francés Ambroise Paré cuando se desarrolló el primer brazo articular móvil al nivel del codo, y con además dedos.
Ambroise Paré, que es considerado el padre de la cirugía moderna, fue el médico real de 4 reyes franceses desde Enrique II a Enrique III. Tuvo también una etapa en la que ejerció de médico militar para Francia, aunque el no solía hacer distinciones de ningún tipo ya que atendía a cualquier persona de cualquier nación. Por tanto desarrolo sus técnicas en el escenario más idóneo para la prueba de prótesis el campo de batalla.
En seguida consiguió reproducir las funciones naturales de brazos y manos una de las prótesis más sencillas que desarrolló fue una mano con un asa que permitía al amputado manejar la pluma de escribir.
Este hombre paso también a la historia por una prótesis que sorprende que se creara hace quinientos años, se trataba de una mano de hierro con dedos móviles y muñeca articulada que además mantenía el pulgar rígido mientras el resto de dedos podía reproducir la mayoría e movimientos de la mano.
No fue hasta la primera guerra mundial, cuando el desarrollo y la producción de prótesis volvió a dispararse.