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Lo bueno de lo malo

Sabía que al final iba a tener que escribir esto, lo he escrito tantas veces en mi cabeza que al final se ha ido difuminando, se ha diluido entre el dolor y la lucha por seguir adelante, tanto que otros se me adelantaron -gracias por lo escrito-.

Durante mucho tiempo hemos tenido que convivir con enfermedades, médicos, cuidados y todo ello con una sonrisa en la cara -o al menos es lo que te parece a ti misma pues son los de alrededor los que sufren tus tensiones-. En estos momentos cada uno de los miembros de la familia va añadiendo su granito de arena, ayudando en lo físico, apoyando en lo demás. Sufriendo a solas y bromeando, riendo, entreteniendo en cada momento.

Mi padre y su lucha ha hecho que crezcamos como familia, ha hecho que estemos mucho más unidos. Por la voluntad de mis padres hemos viajado juntos en caravana los diecisiete, hemos subido al AVE, hemos comido junto a la playa, subido arriba y abajo las calles de Segovia, visitado Biar bajo la lluvia y desorganizado el tranquilo pueblo de Lorcha… Ante el miedo a que el tiempo juntos desapareciera, cualquier excusa era válida, todos para adelante.

Las familias se van construyendo, ramificando, madurando como los miembros que las forman. Y esos hermanos con los que has convivido de niña, son adultos y tienen hijos, y no son las mismas personas que conociste. Y esos padres fuertes a los que respetabas, ahora se han convertido en personas, se han humanizado. Ahora por el contacto que requieren tantas horas de espera en las consultas médicas, o de compañía en la habitación de un hospital se han convertido en las personas que no conocías.

La enfermedad ha provocado mucho dolor, pero también que las horas que por necesidad y cariño compartes con el otro, hagan que conozcas más aún a aquellos a los que creías conocer, hace que les quieras más y distinto. Que los respetes, pero que rompas ese respeto reverencial para cubrir de besos la mano dolorida por la vía o la piel translúcida de su nuca.

Es lo bueno de lo malo, haber conocido a mis padres por culpa del dolor. A descubrir a personas con una historia distinta a la que han tenido contigo, con sus defectos y sus sufrimientos. Me han descubierto lo desconocidos que son, porque ante un hijo el padre, es el padre, se nos pierden muchas perspectivas. A veces puedes ver al padre serio y fumador que enseña matemáticas, sin embargo son tantas cosas más, cosas que hemos descubierto en estos últimos tiempos y que nos han aportado los demás contándonos su propia visión.

Pero me alegro de haberlo hecho, me alegro de que yo, pero también toda mi familia, hayamos sido capaz de demostrar todo el amor que sentíamos por mi padre. Y después hayamos llorado juntos la pérdida.

Lo bueno de lo malo.

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A petición de una amiga inquieta y exigente, he cambiado el aspecto del blog. Ya que me ha prometido seguirme, tendré que darle las facilidades que me pide, así que aquí tenemos RSS. Espero que te guste Juani.

Benditos amigos que te exigen crecer…

… pero no hasta el infinito