La Sublevación Nobiliaria (3)

En esta carta enviada al rey y las ciudades, con las acusaciones anteriormente expuestas, los nobles,  encabezados por el marqués de Villena, decían que ofrecían su ayuda al rey, al que pedían que expulsara de la corte al Conde de Ledesma, Beltrán de la Cueva  y a todos sus partidarios, que ordenara la libertad de los infantes Alfonso e Isabel,  y que convocara cortes en Burgos para ordenar la corte, solucionar los agravios y  devolver la administración de la Orden de Santiago al infante Alfonso y proclamarlo heredero. En estas mismas cortes se decidiría el futuro de la infanta Isabel, que no debía casarse sin la aprobación de los tres estados.  Según los nobles rebeldes, si Enrique actuaba así, tendría el amor de todos sus súbditos, y si actuaba de otro modo, los firmantes del documento se verían obligados a poner el mal comportamiento del rey en conocimiento de todos los príncipes cristianos y a pedir a éstos ayuda para poner fin a los males cometidos por Enrique. Además, pedían a las ciudades que no acudieran a la Corte mientras Enrique IV estuviera sometido a Beltrán de la Cueva y no diera la libertad a los Infantes Alfonso e Isabel.

A la presión nobiliaria respondió el monarca con dos acciones: la recreación de hermandades de ciudades y villas que sirvieran de contrapeso a los nobles, y, encargando una investigación que garantizara la legitimidad de su hija Juana.


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