El tiempo tenia para el hombre medieval un sentido diferente al nuestro, con una percepción más cualitativa que cuantitativa, en la que el hombre utilizaba señales cronológicas procedentes de diferentes universos sociotemporales. Predomina un tiempo rural, de larga duración y en el caso de Alicante también un tiempo marinero, todos ellos marcados por el ritmo del día y de la noche, de las cuatro estaciones y de las faenas agrícolas o las labores de la pesca. Sin que falten el tiempo clerical, el de las festividades religiosas, o el señorial, señalado por las fechas de pagos agrícolas, o el mercantil, con sus días de mercado y de ferias. Pero en el siglo XV el tiempo se va haciendo más laico y ciudadano, existe una mayor preocupación por precisar las fechas, por aprehender ese tiempo, lo que lleva a las autoridades municipales a instalar un reloj público. No sabemos si lo hubo en alicante.
En estos siglos bajomedievales se consolida la familia nuclear o conyugal. La aristocracia y urbana, el patriciado, trato de conservar el patrimonio familiar…todo se orientaba a estrechar los lazos familiares en el seno del patriciado. A través del matrimonio se garantiza por vía de la herencia los derechos, posesiones y privilegios de la familia. Matrimonio, que en las clases superiores se rodea de toda lase de ritos y ceremonias, a los que permanece ajena el pueblo menudo. Pero a través de la muerte se recuerda el rango de cada cual en este mundo. Y si unos son sepultados en la iglesia de Santa Maria o de San Nicolás, al pie del altar mayor o de los colaterales, otros van al cementerio parroquial. La muerte es inseparable del hombre, condicionado su quehacer. La esperanza de vida era corta.
Había que estar preparado para la muerte, que puede presentarse sin avisar o a través de la enfermedad. Es la señal que el hombre recibe para prepararse para el morir. Gestos y rituales acompañan estos últimos momentos el médico y el cura se disputan la generosidad del enfermo, junto a sus parientes. El cristiano debía ser generoso con sus familiares y con la iglesia. El testamento y la administración de los Santos Sacramentos preparan al moribundo para un buen final. En el testamento el enfermo hace profesión de su fe cristiana, reflexiona sobre la muerte o sobre las motivaciones para testar, a la vez que dispone sobre un entierro, siendo la elección de la sepultura una de las disposiciones más estudiadas. La caridad y la generosidad tenían su plasmación en misas y fundaciones, temporales o perpetuas, luminarias, capellanías, de acuerdo con sus devociones. En alicante no fue infrecuente el caso de testadores que dejaron hilos de agua a la inglesa de Santa Maria, así como censales y otros tipos de rentas. Otras veces estos legados se destinaban a socorrer a pobres y enfermos, como el hospital fundado por Bernar Gomis, según sus testamento el 25 de abril de 1333, y conocido mas tarde como de San juan Bautista, lindado el oeste con la actual calle de San Nicolás y al este con la actual San Agustín.