Tres años después del desastre de la batalla de las Navas (1212), la península y el Levante padecieron una serie de sequias prolongadas, seguidas de hambres y de pestes que afectaron gravemente a la economía en general y sobre todo al campo, con el consiguiente abandono de tierras y de cultivos, redundando en un desequilibrio entre la alta densidad poblacional y el descenso de los recursos agrícolas. Este fue el inicio de una crisis agravada por el aumento de la presión fiscal, necesario para pagar las altas sumas que exigían los reinos cristianos por no interferir en el gobierno valenciano del ultimo representante del poder almohade en la península, Zayd Abu Zayd, señor de Valencia.
La población culpo a los gobernantes de la crisis, especialmente la oligarquía urbana que perdió poder económico y social. Estas elites urbanas obligarón al gobernador a abandonar valencia y poner en su lugar a Zayyan Ibn Mardanish en el año 1229. Años después, tuvo que entregar la ciudad a Jaime I, por el retraso de las fuerzas del sultán de Túnez.
Según cuenta la crónica de Jaime I, en el año 1242, Zayyan Ihb Mardanish, ya señor de Alicante, le ofreció a Don Jaime el señorío de Alicante a cambio de la isla de Menorca, lo que no acepto el monarca aragonés, alegando antiguos pactos entre las coronas de Castilla y Aragón.
El señor de Murcia y Fernando III el Santo hicieron un pacto por el cual, el rey católico reconocía la soberanía de los territorios de Lorca, Orihuela, Alicante, etc…al señor islámico a cambio de la mitad de sus rentas. Este pacto no gusto a Zayyan Ihb Mardinish. Desde ese momento se convirtió Alicante en el único puerto de la corona de Castilla en el mediterráneo.
La situación era complicada, por el pacto de Almizra firmado en el año 1244 entre las coronas de Castilla y Aragón, los territorios de la montaña alicantina prácticamente estaban bajo el dominio de la corona aragonesa, y por el sur, Murcia ya era castellana, así como las localidades de Villena, Sax, Elda y Petrel. Orihuela mantenía una relativa independencia y el señorío de Crevillente se había reconocido vasallo de Castilla. Ante este panorama, podemos comprender la situación de Alicante a finales de la década de los años cuarenta, prácticamente sitiada, su población huía hacia los lugares del interior o al campo y la que podía economícenle se embarcaba al Norte de África.
Hacia 1248 o 1249, Zayyan Ihm Mardanish abandono la población de Alicante, dejándola a la suerte de los conquistadores, y así nos encontramos con una población musulmana abandona, inmersa en un evidente vacío de poder.