A finales del siglo IX, cuando aparecen las primeras fortificaciones en la zona, próximos a caminos y comunicados, por medio de señales visuales, con la cabeza administrativa que era el castillo de Alicante, bajo el mandado de la recién nombra familia de los Banu Sayj, procedentes de la zona de Elche y declaradamente “pro-Omeyas”.
La entrada de los bereberes en las tierras de Tudmir fue fundamental para evitar la extensión de la sublevación al tomar la ciudad de Orihuela; sin embargo, a los pocos años, fue necesaria la actuación del futuro Califa para expulsarlos de esta ciudad, y así, en el año 917, Abd Al-Rahman III mandó a su visir Ishaq Ihn Muhammad Al-Qurasi que fuera en expedición militar y fiscal contra los disidentes de las gobernaciones de Tudmir y Valencia. La campaña fue un éxito, sometiendo a los bereberes y tomando el castillo de Orihuela, a raíz de esta campaña, el Califa reconoció en su cargo de Gobernador de Callosa-Alicante a Muhammad h. Alsyj. Este se revelo dos veces contra el Califa y fue condenado a abandonar sus castillos y establecerse en Alicante.
Muhammad h. Al-Sayj tenía dos hijos, uno de ellos murió en el año 919 cuando acompaño a las tropas califales a someter la ciudad de Lorca. El otro dedico su vida a la oración y a la vida religiosa. Este hijo fue encarcelado cuando su padre volvió a revelarse contra las fuerzas califales en Alicante. Finalmente fue depuesto de su cargo en el año 928 y obligado a residir en Albacete, hasta que el Califa lo hizo traer a Córdoba, junto con su hijo, y le proporciono pensiones y tierras de las que vivió hasta su muerte.
Los miembros de esa familia, los Banu-Sayj son lso primeros personajes históricos vinculados directamente a Alicante, los cuales rigieron los destinos de la ciudad de Alicante y de su amplio territorio, desde Orihuela hasta Chinchilla, durante casi cuatro décadas. Tras esta familia, el Califa busco gobernadores en lo más alto de la corte militar de Córdoba.