Política de defensa anti-corsaria

El interés por fortificar la costa mediterránea de la península comenzó en el siglo XIII, con el infante Don Pedro, nombrado por Jaime I como almirante de la armada con el fin de hacer frente a los intentos de piratas berberiscos de penetrar la costa valenciana.

En las Cortes de 1534 y 1537, se dispuso que Alcoy estaba obligado a acudir en caso de que hubiera llamada de auxilio por parte de Altea o Villajoyosa.

Así, se comenzó una campaña de fortificación del municipio alteano, construyendo varías edificaciones como el Fuerte de Sierra Bernia, la torre de Capnegret, la torre del Mascarat, la de Bellaguarda… entre otros elementos que formaban parte del sistema defensivo de la costa del reino de valencia en el termino de Altea.

Estas edificaciones construidas en terreno de Altea, formaban parte de una larga red de comunicaciones inter-municipales, que conectaban visualmente desde Santa Pola hasta Denia. El fin último era que la llamada de ayuda llegase hasta Alcoy, desde donde llegaría el apoyo militar en caso de ataque.

La eficacia del sistema defensivo que había en la costa altea se demostró en casos como el 24 de marzo de 1546, cuando según las noticias, desembarcaron en Capnegret seis galeotas moras. En dicha contienda resultaron 29 muertos y 78 prisioneros mahometanos, mientras que la defensa cristiana solo perdió a un hombre.

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