Los ciudadanos de estos municipios somos herederos de la historia; un claro ejemplo de ello lo tenemos en la lengua. Mientras que Elda se mantiene hoy en día como una localidad marcadamente castellana, el municipio de Petrer pertenece a los territorios catalanoparlantes del País Valenciano. Tradicionalmente se ha pensado que esta diferencia se debía fundamentalmente a la procedencia de los repobladores tras la expulsión de los moriscos en 1609, sin embargo la explicación es mucho más compleja.
Como ya hemos visto en otras entradas de este mismo blog, por la sentencia de Torrellas (1304) y el pacto de Elche (1305) el Valle de Elda (junto a otros territorios) pasa a formar parte de la Corona de Aragón y del Reino de Valencia. Sin embargo, éste fue un cambio político y no poblacional, pues la población islámica que habitaba en esta área se mantuvo y, por lo tanto, la lengua mayoritaria era el árabe.
Puesto que las poblaciones de Elda y Petrer siguen líneas diferentes es conveniente explicarlas por separado para poder entender mejor la evolución de la lengua. Por tanto, en primer lugar nos centraremos en la historia lingüística de la localidad de Elda.
Con la expulsión de los moriscos en el año 1609 y la repoblación cristiana el panorama lingüístico cambió, imponiéndose el catalán. Esto se debe a que la mayor parte de los repobladores procedían de lugares del reino de Valencia, aunque también hay una importante presencia de repobladores de la Corona de Castilla por lo que se trataría de una localidad bilingüe1. Sin embargo, a lo largo del tiempo la población eldense fue castellanizándose debido a la continua llegada de población de diferentes lugares castellanos.
A esta situación hay que sumar el abandono del valenciano en favor del castellano por las clases cultas, siendo la nobleza la que antes se castellanizó. En el siglo XV, Juan Coloma, abuelo del I conde de Elda, utilizaba el valenciano en los documentos oficiales y, de hecho, su nieto también lo hizo, ya que la población pertenecía al Reino de Valencia. Sin embargo, la viuda de Juan Coloma, María Pérez Calvillo, se traslada al castillo de Elda desde Zaragoza llevándose con ella sirvientes y familiares que pasarían a formar parte de la población local y, todos ellos, hablaban castellano. Asimismo, esta familia comenzó a invertir en la construcción de edificios monumentales (hospital, convento, iglesia, palacio, etc.), lo que incentivó la llegada de nuevos pobladores atraídos por la oferta laboral provenientes de Castilla y otras villas cercanas como Sax, de lengua castellana. Por lo tanto, vemos como se produjo un auge de la lengua castellana en detrimento del valenciano2.
Es por ello que a lo largo del siglo XVII el valenciano fue perdiendo su preponderancia en la localidad y, además, el uso del castellano fue haciéndose cada vez más frecuente en los documentos de la administración local3. Por todas estas razones en Elda se dejó de utilizar la lengua catalana y la población terminó castellanizándose en el transcurso del siglo XVIII.
1GISBERT PÉREZ, Emilio. Apuntes demográficos para el conocimiento de la repoblación eldense (1605-1639). Revista del Vinalopó: Cartes de Poblament del Vinalopó. La repoblació després de l’expulsió. CEL (Centre d’Estudis Locals del Vinalopó), 2011, nº 14, p. 93-102. ISSN 1139-7322.
2GUILL ORTEGA, Miguel Ángel. Apuntes sociolingüísticos sobre la villa de Elda a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII. Revista del Vinalopó: Cartes de Poblament del Vinalopó. La repoblació després de l’expulsió. CEL (Centre d’Estudis Locals del Vinalopó), 2011, nº 14, p. 67-92. ISSN 1139-7322.
3JOVER I MARTÍNEZ, Alfredo. Antroponímia i subsitutció lingüística a Elda (segles XVII-XVIII). Revista del Vinalopó: La Constitució de Cadis al Vinalopó. CEL (Centre d’Estudis Locals del Vinalopó), 2012, nº15, p.151-162. ISSN 1139-7322.