A lo largo del siglo XVIII y mediante el impulso de las ideas ilustradas se da el auge en las nuevas teorías en materia de educación. El objetivo de la Ilustración era el progreso económico y científico por lo que la educación era uno de los medios principales para alcanzarlo. Sin embargo en la España de esta época el panorama era desolador: la Universidad era impermeable a cualquier reforma, los centros educativos de grado medio eran controlados por aquellos organismos que también sentían recelo a la renovación y la enseñanza primaria se daba en pocos centros que además se encontraban en muy malas.
Ésta no era gestionada por el Estado, sino que eran los municipios quienes la controlaban y en algunas ocasiones la subvencionaban. La Iglesia tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la educación en los primeros niveles en un momento en que religión y educación eran sinónimo. En los conventos se enseñaban en las primeras letras a las clases económicamente débiles mientras que los que sí disponían de medios económicos suficientes contrataban educadores privados.
La enseñanza se encontraba fuertemente controlada por el Estado y la Iglesia con una abundante normativa, selección de maestros y control sobre las traducciones de la Biblia para no desviarse de la ortodoxia cristiana.
Para este siglo XVIII conocemos en Elda tres escuelas públicas: la de Primeras Letras, la de Latinidad y la de Costura.
La primera de ellas se trata de la Escuela para Niños de la Plaza del Ángel, atendida por un mestre de Escola, Marcelo López, que además de maestro era organista y relongier ya que hasta el año 1769 a través de una concordia firmada entre el Conde de Elda y el Obispo de Orihuela se estableció mantener esta doble faceta por la que el conde debía proporcionar un organista a la Iglesia que además fuera maestro de escuela, siendo pagado su salario por él y el Ayuntamiento. A partir de 1771 el oficio de organista se independiza del de maestro y a partir de 1786 el magisterio de primeras letras recae en los frailes del convento de Nuestra Señora de los Ángeles.
Por otra parte el salario medio de un maestro era a finales del siglo XVII de 52 libras como maestro-organista, en la primera mitad del siglo XVIII 100 como maestro-organista-relojero y 75 como maestro-organista, hasta que fue regulado por ley siendo la partida económica asignada desde cada ayuntamiento de 451 reales de vellón y 26 maravedíes.
En cuanto a los alumnos sabemos que tenían un horario distinto de entrada al colegio para invierno y para verano. Una vez a la semana se realizaban concursos públicos para la demostración de los conocimientos adquiridos por los niños para los que los maestros seleccionaban a los mejores alumnos para que salieran por las calles a explicar la doctrina cristiana.
Los colegios de Latinidad no estaban subvencionados de forma oficial por el ayuntamiento y además la mayoría de los que aquí entraban no continuaban sus estudios, sólo los hijos de aquellos que pudieran permitírselo económicamente eran enviados al Seminario de Orihuela.
Por último la Escuela de Costura estaba reservada a las niñas que disponía de dos maestras nombradas por el señor de la villa donde se les instruía en la doctrina cristiana y las labores propias del sexo femenino.
En resumen, la enseñanza fue ejercida por los eclesiásticos y religiosos en los conventos pero con financiación pública del Ayuntamiento, en un momento en que la formación y la educación cristiana estaban estrechamente unidas. En Elda fueron los franciscanos quienes ejercieron esta labor, de forma muy general y básica, ya que la mayoría de la población estaba destinada a trabajar en el campo.[1][2]
[1] SAMPER ALCÁZAR, Joaquín. Cultura, religiosidad popular y panteón eldenses (siglos XVII-XVIII). En: Historia de Elda. Elda, Ayuntamiento de Elda, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Tomo I, 2006, pp. 261-272. ISBN: 84-87962-21-1
[2] SAMPER ALCÁZAR, Joaquín. El panorama educativo eldense durante la Edad Moderna. Revista del Vinalopó: Dossier: Organització i ordenació del territori. CEL (Centre d’Estudis Locals del Vinalopó), 2000, nº3, p. 159-174. ISSN 1139-7322.
En noviembre de 1875 es trasladada a Petrel la maestra de escuela primaria elemental, Isabel Grome Devesa. Natural de Jávea /Xàbia ¿Tienen noticias de esa maestra en esa población?