Religión y sociedad en Elda

Con la expulsión de los moriscos se dio en Elda un punto de inflexión con respecto a la religiosidad popular anterior en época islámica y su continuación con la población morisca en estas tierras.

Así nos encontramos con que los nuevos cristianos viejos que llegaron a la localidad, independientemente de cual fuera su procedencia  trajo consigo su propia espiritualidad y creencias. Estás se mezclaron como no podía ser de otra manera con el sustrato ya existente configurando de esta manera una nueva religiosidad eldense que irá evolucionando entre la población con el transcurrir del tiempo.

La imagen de Dios Padre, cabeza del panteón divino, y la de la Virgen María de vital importancia en el subconsciente colectivo por el carácter materno de esta advocación, fueron las de mayor representación en la religiosidad popular eldense, impuestas de forma nada inocente por el señor feudal a una comunidad hasta bien entrada la Edad Moderna  formada mayoritariamente por moriscos muy poco cristianizados, mediante la erección de una iglesia con la intención de evangelizarlos.

Virgen de la Salud

Virgen de la Salud

La Virgen fue especialmente importante para la sociedad eldense , apropiándose el símbolo mediante la elaboración de narraciones y mitos para crear un vínculo entre la imagen y el territorio, siendo invocada además como de la Salud. Así la Virgen de la Salud se convierte para Elda en la advocación de mayor importancia dentro del panteón y omnipresente en cualquier acontecimiento de la villa.

Cristo del Buen Suceso

Cristo del Buen Suceso

Lo mismo sucede con la imagen de Cristo, donde al símbolo universal se le asigna también un nombre particular para vincularlo estrechamente con la población y hacerlo propio. Así aparecerá el Cristo del Buen Suceso, quien acompañará en todas las ocasiones a la Virgen sin tener un protagonismo particular en solitario.

Además de la cabeza del panteón representada por el Dios Padre y la Mare de Deu, encontramos en Elda otras advocaciones diversas donde cada una tendrá su función y encomendación. Santa Bárbara, San Antón, San Blas, etc. [1]


[1] SAMPER ALCÁZAR, Joaquín. Cultura, religiosidad popular y panteón eldense (siglos XVII-XVIII). En: Historia de Elda. Ayuntamiento de Elda, Caja de Ahorros del Mediterráneo, 2006, Tomo I, pp. 259-262. ISBN 84-87962-21-1

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