Tras la conquista de la ciudad a manos de Jaime I en 1238 Valencia tenía alrededor de entre 25.000 y 30.000 habitantes, de los cuales la mayoría de la población era árabe, consciente de esto, del peso económico de este sector poblacional y de la toma pacifica de la ciudad, el rey permitió a la población mudéjar elegir libremente entre marcharse o quedarse en la ciudad en una circunscripción especifica destinada para esta población denominada “la morería”, donde se respetará sus leyes y sus costumbres. Lo mismo ocurrirá con la población judía que pasará a residir en la “judería”.
Jaime I establecerá una política de repoblación sistemática del nuevo reino de Valencia (llibre de repartiment) otorgando tierras y beneficios a quienes acudiesen a repoblar las nuevas tierras conquistadas, de esta forma, Valencia verá como su población aumenta de manera exponencial llegando a principios del siglo XV a más de 40000 habitantes. Desde mediados del siglo XIII, comienzan a llegar a la ciudad gentes de todos los rincones:
- Reino de Valencia: Corresponde a un 78,81 por 100 del total, se va a producir un auténtico éxodo rural, la gente comienza a marchar a la ciudad convirtiéndose Valencia en el foco económico, cultural y comercial del reino.
- Peninsular: Proveniente del reino de Castilla, Aragón, Cataluña, Mallorca y Portugal corresponderá a un 16, 58 por ciento del total.
- Extra peninsular: Corresponde a un 4, 61 por ciento de los repobladores, con inmigrantes italianos, flamencos, franceses, alemanes y del Magreb. .
Pese al aumento demográfico de la ciudad durante los siglos XIII y XIV, Valencia no ha permanecido ajena a las grandes causas de mortalidad de la época; las catástrofes naturales (terremotos, plagas…) y las peste, que azota Europa durante el siglo VIX, y que perjudicará gravemente a la ciudad con numerosas epidemias en 1348, 1362, 1374-75, 1383-84 y 1395. Se observa como hay un aumento de la mortalidad infantil (50 por ciento antes de los 5 años), una reducción de hijos por familia (2 familias cristianas y 3 familias mudéjares) y una limitada esperanza de vida (40 años para años hombres).
Es necesario por tanto darle especial atención a la inmigración de gentes que llegan a la ciudad de Valencia y que la hacen prosperar a todos los niveles, económico, social, cultural, administrativo y demográfico. La rápida recuperación de la ciudad de las inclemencias de la época denota una buena salud económica llegando a los albores del siglo XV siendo candidata a alcanzar la supremacía dentro de la corona de Aragón e incluso de la península ibérica.
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