LACOMBA, JUAN ANTONIO
Fundación Blas Infante
Sevilla, 1983, 128 pp.
El investigador sobre andalucismo histórico Juan Antonio Lacomba, desarrolla en esta obra una esquemática descripción sobre la vida del líder y mentor intelectual andalucista, Blas Infante, y las características del andalucismo, siendo entendida la obra como una introducción al tema, tanto para el que desconozca la figura de Blas Infante como para quien pretenda iniciarse en el estudio del andalucismo. Junto a una bibliografía centrada en la socioeconomía y el campo andaluz y en Blas Infante y su ideal, Lacomba se apoya en la prensa de la época y en testimonios de compañeros de Blas Infante.
Los dos primeros capítulos de la obra se centran en la infancia, juventud y traslado a Sevilla de Blas Infante. Nacido en 1885, en plena Restauración, Blas Infante crecerá en un período de afianzamiento burgués, malas cosechas y agitaciones sociales, de regresión económica y de auge de los regionalismos y del movimiento republicano. A principios del siglo XX, en torno al Ateneo de Sevilla, el regionalismo andaluz va fraguándose y Blas Infante adquiriendo protagonismo, dejándose influenciar por el pensamiento georgista, que marcará la política económica que propondrá. El andalucismo comenzaría a ramificarse por la región a partir de 1916, con una misión determinada, reconstruir la historia de Andalucía, recuperar su cultura y definir su identidad. El pensamiento georgista, el federalismo y elementos de cuño catalán, incluso elementos anarquistas, serán adoptados durante la forja del ideal andaluz a través de los Centros Andaluces y del Manifiesto y el Programa de 1916.
En los capítulos cuarto y quinto se desarrollan la teoría y práctica del andalucismo y la lucha por la autonomía. El nacionalismo andaluz no hay que entenderlo como separatista, en ningún momento lo fue, aunque el mensaje de Blas Infante fuera radicalizándose a lo largo de su vida y el andalucismo experimentara varias etapas. Es un regionalismo integrador, que considera la nación como un organismo compuesto por partes vivas, las regiones, articuladas armoniosamente, siendo la nación el resultante suprarregional. El desarrollo de la cultura e identidad de los pueblos ibéricos y del individuo en sí repercutirían positivamente en la regeneración de España y la Humanidad. Como reza el himno andaluz: “Sea por Andalucía libre, España y la Humanidad”. Pero para alcanzar dichos fines había que aceptar la pluralidad española y acabar con el centralismo “tiránico y grosero”. Para el progreso de Andalucía era indispensable acabar con el hambre, desde la reorientación de la política económica, en concreto la agraria, y con la incultura.
Durante la dictadura de Primo de Rivera el regionalismo se apaga, para despegar de nuevo con la proclamación de la II República en 1931, centrándose en el desarrollo de los Estatutos de Autonomía. Blas Infante, contrario a la política, fracasará y será atacado por la derecha sevillana en sus intentos por participar en política durante la II República. La decepción de Blas infante con la República, la política y los políticos crecería a raíz de las elecciones de 1933, el llamado Bienio Negro. El libro se cierra con las últimas actividades de Blas Infante y su detención y asesinato tras el comienzo de la Guerra Civil.
En conclusión, esta introducción al andalucismo y a la figura de Blas infante ayudan a entender, de forma general y a un público amplio, la teoría y práctica del andalucismo, además de presentar a una figura determinante en el andalucismo y fascinante para estudiar tanto por su ideario regionalista y federalista, como por sus planteamientos económicos en un período de crisis socioeconómica para España y Andalucía, una de las regiones más subdesarrolladas. En palabras de Emilio Lemos, fisiócrata andaluz y compañero de Blas Infante, éste era “economista, no político”.
El ideario de Blas Infante y las metas sociales, económicas y culturales que pretendía alcanzar para la regeneración del pueblo andaluz no estarían para nada obsoletos, a grosso modo, en la Andalucía actual: un millón de parados, educación deficiente, sin una alternativa política seria y andalucista y una identidad andaluza poco desarrollada a nivel global y cultural, quedando ésta reducida al folclore.
El desconocimiento sobre la figura de Blas Infante y la escasa valoración de su importancia por el progreso de Andalucía y como Padre de la Patria andaluza, más allá de la ideología, tampoco se ha superado en la actualidad, por lo que han sido frecuentes insultos hacia Blas Infante por parte de la derecha más reaccionaria. Por ello proponemos este libro como iniciación en el estudio del andalucismo y conocimiento de Blas Infante.
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