La doctrina del Humanismo

Dentro de esa revolución espiritual, como ya señalamos, encontramos una doctrina muy fundamental en el pensamiento de la época, el Humanismo. Éste plantea como valor fundamental el respeto a la persona humana y el sentimiento de su irremplazable originalidad y de su superioridad sobre las oscuras fuerzas de la naturaleza. La palabra en este aspecto tiene una aceptación histórica ubicada en el tiempo y el espacio, haciendo del Humanismo un movimiento estético, filosófico y religioso a la vez, preparado por las corrientes del pensamiento medieval. Tiene su primera aparición en Italia hacia el siglo XV y gracias a la importancia que recobró, hizo posible que tuviera una gran difusión en el resto de Europa occidental ya a partir de entrado el siglo XVI, caracterizándose por un gran esfuerzo individual y social sobre los valores del hombre.

En primer lugar, el origen del Humanismo tiene lugar en una herencia medieval, aunque reaccionase fuertemente contra el sistema existente. La Edad Media cimenta una filosofía que, a pesar de estar unida de una manera a la teología, tiende a separarse de ella, especialmente en los terrenos donde la Biblia no satisface la curiosidad natural del espíritu humano, y una ciencia que permite comprender el mundo para intentar dominarlo. A finales del siglo XV, era evidente ya la aparición del “divorcio” entre el terreno de la fe y el de la razón, llevando este camino a graves dilemas en lo que fue el terreno religioso, así como el pensamiento filosófico y científico. Esta imposibilidad de conocimiento general, nos lleva a reflexionar sobre la cuestión de esa crisis existente en el pensamiento medieval, explicando la hostilidad de los humanistas hacia la escolástica y el éxito de las nuevas formas que elaboran. No obstante, ese redescubrimiento de la Antigüedad, es la fuente viva del humanismo. Aunque la herencia antigua es asumida por completo, como una admiración que tiende a paralizar el espíritu crítico, no por eso deja de ser sentida como algo muy especial y actual.

Por otro lado, en lo que determina la filosofía del Humanismo, debemos conocer que la revelación de Platón había producido una valoración diferente de las doctrinas aristotélicas, que hasta entonces no habían tenido problema alguno. Sin embargo apareció otra interpretación diferente apoyada Averroes, que hacia referencia a esa corriente aristotélica, que hace que en el siglo XV con Pietro Pomponazzi demostrara de alguna manera que el alma intelectual, estaba ligada también al alma sensitiva y a la del cuerpo. Así mismo, no deja de defenderse la teoría neoplatónica ya con el siglo XVI, donde Dios es el ser en el que emana todos los demás seres, donde las esencias de las cosas materiales necesitan de estos seres para poder existir. Esta filosofía, profundamente idealista, orientada a la búsqueda de lo divino, es la de los humanistas italianos de finales del siglo XV y principios del XVI, como Landino, Policiano y sobre todo Pico della Mirandola.

Como hemos destacado, tendrá una doctrina tan fundamental en el pensamiento del hombre, que hará posible su extensión por toda Europa, junto con las obras antiguas y las preocupaciones filológicas; pues el humanismo se convierte enseguida en un factor de este nuevo resurgimiento y levantamiento económico, político, religioso y social de la Europa occidental.


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