Como vimos anteriormente, el arte en la Italia de estos tiempos, cobra un papel primordial en la vida cotidiana. Si adentramos un poco más la búsqueda de esta nueva concepción, podremos ver que por ejemplo en escultura nos encontramos con el auge de la estatua exenta y más especialmente del monumento ecuestre y el busto. También en pintura el retrato surgió como un género independiente, seguido por el paisaje y la naturaleza muerta. Y ya más entrado el siglo XV comenzaríamos a ver un desarrollo enorme de la arquitectura, de ciudades conscientemente planificas.
La irrespetuosa actitud hacia el pasado nos sugiere la posibilidad de que el papel central ocupado por Italia en el Renacimiento se debió a que sus artistas estuvieron menos asociados al estilo gótico, como pasó en Francia, Alemania o Inglaterra. Los italianos del Renacimiento no perdieron la reverencia hacia todas las tradiciones. Su admiración por la Antigüedad clásica les permitió atacar la tradición medieval como si se tratase de una ruptura con aquella.
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