En los tiempos que corren me sorprende que un producto destinado a un gran sector de la población se ponga a la venta en un país a través de una única compañía. Del producto se oyen maravillas. Y la mayor satisfacción reside, más que en hablar, en enseñarlo. Parece ser que no es sólo un teléfono, se habla incluso de una cultura (por favor!). Hay verdaderos adoradores de estos artilugios. Y la venta comienza por crear expectación, mucha expectación y deseo.
Pero a lo que vamos, estas son las principales razones por las que no voy a comprar un iphone:
o No sólo es un teléfono, pero es muy pequeño para hacer algo más que hablar. Utilizo un nokia que está muy bien pero al final sólo lo utilizas para, increíblemente, hablar por teléfono.
o Para leer, sigue siendo muy pequeño. Y ahora que ya he descartado adquirir un ebook, creo que los portátiles de 7 ó 9 son más atractivos, en cuanto a precio y prestaciones, sobre todo por la wifi.
o Para hacer fotos, prefiero una reflex, incluso analógica.
o Para ver fotos, considero que se pueden ver y enseñar en otros soportes.
o Para ver vídeo lo considero también demasiado pequeño. Prefiero la pantalla de la tv o del pc.
o El GPS no lo necesito, me perdería igual.
o Como disco duro, tampoco me convence.
o Para escuchar música está bien, pero quién no tiene un mp3. Y si quieres conectarlo a un amplificador debes comprar unos cables a precio de oro.
o La pantalla táctil (por cierto, cuánto se está oyendo últimamente sobre pantallas táctiles) tampoco la necesito, aunque está muy bien y se hacen maravillas, como mover o ampliar algo.
o Como PDA, quién necesita una hoy día, han pasado de moda.
o Y como última razón pero no menos importante, me niego a tener que firmar un abusivo contrato de permanencia en exclusividad con una compañía telefónica que no me gusta.