Siempre que escucho o leo algo relacionado con el desplome en la Bolsa me acuerdo de Groucho, el de los hermanos Marx. En el libro “Groucho y Yo” describe entre otras muchas historias y en plan cómico los acontecimientos ocurridos durante 1929 y el gran crack del que todos habremos oído hablar. Con el paso del tiempo las noticias se ven de otra manera. Hoy puedes estar conectado a los principales parquets del mundo a través de un teléfono móvil con conexión de datos y ver cómo transcurre la jornada en tiempo real. Pero el cuento parece ser el mismo, tú invierte aquí que es un valor seguro y te vas a forrar. Hasta que esas promesas se evaporan y por causas desconocidas parece que las cosas se tuercen. Con la perspectiva de los meses y de los años, los mismos hechos se explican de manera diferente. A fecha de hoy el único valor seguro que conozco y he conocido es el de la Educación y la Cultura. Vivimos en un mundo (muy) extraño, creo que le dijo Laura Dern a Jeffrey Robocop en Blue Velvet. Y es que hoy a la guerra le llaman terrorismo. Y a robar, especular e invertir. Y el futuro, para algunos, pasa por la F1 y la copa del americà. Baja la bolsa, sube el pescao, que decían Tip y Coll.