Indignados

¿Qué futuro pueden esperar, podemos esperar los que vemos que este no es el camino? ¿Cuánta corrupción es necesario acumular para juzgar a algunos políticos que han convertido algunas instituciones en instrumentos para su enriquecimiento material y su podredumbre moral y espiritual? ¿Cuánto valor han de perder muchas casas y viviendas vendidas y compradas muy por encima de su precio para darnos cuenta que ha habido un gran engaño consentido y alentado por prácticamente todos? Y así podríamos seguir con ejemplos que afectan a muchos ámbitos de la vida de las personas en particular y de la sociedad en general, Por ejemplo, el trabajo y el desempleo (España ha superado los cinco millones de desempleados, para entendernos más del 20% de la población activa); la educación pública y la sanidad pública, por citar sólo los dos pilares básicos de una sociedad civilizada.

Los excesos cometidos durante años parece que afloran en un movimiento de indignados que han ocupado plazas y lugares públicos por bastantes ciudades españolas. El movimiento se ha extendido en cuestión de días por importantes ciudades europeas y del resto del mundo. La respuesta de los gobernantes y medios de comunicación ha sido la negación de cualquier ideología crítica con el sistema, encasillando a los indignados como los típicos hippies melenudos vagos, maleantes vividores, alborotadores aprovechados de las circunstancias en busca de subvenciones y financiación fácil. Puede que se equivoquen… Puede que acierten… Dependerá del grado de indignación de los concentrados y de hasta dónde estén dispuestos a llegar. Porque es muy fácil criticar un sistema capitalista, pero luego querer gozar de los privilegios capitalistas. Muchos de los que ahora critican el precio de la vivienda querían especular con sus casas, la que no han vendido y la que no pueden pagar, las dos, para comprarse una más grande y más lujosa. Algunos revolucionarios no saben lo que es madrugar o tener que aceptar trabajos muy por debajo de su cualificación profesional. Y hay de muchos que han querido y quieren vivir de ayudas sociales varias hasta el mismo momento de su muerte.

Los graves disturbios provocados por los mossos d’esquadra el pasado 27 de mayo en Plaza Cataluña fueron una provocación para los concentrados, que supieron mantener la calma y el tipo frente a los porrazos de unos irresponsables. Los concentrados no respondieron a las provocaciones de los mossos d’esquadra. El mundo al revés. Y de momento nadie ha dimitido ni ha admitido errores en la desproporcionada actuación de unos individuos (los mossos y quienes les ordenan) que han perdido mucha credibilidad. Y es que gracias a esa actuación la indignación ha crecido más, y lo que podía haber finalizado el 29 de mayo con el levantamiento de las acampadas (sobre todo en sol, bcn y sevilla) se va a alargar hasta no se sabe cuando, con independencia de las asambleas de barrio que se desarrollen en las ciudades. El partido donde se disputaba la final de la competición europea de fútbol denominada “champions” y que ha enfrentado al BCN y un equipo inglés se ha disputado el sábado 28 de mayo. Por lo que los graves disturbios ocurridos el viernes 27 de mayo aún han tenido mayor difusión. Europa se tambalea. Alguien piensa que el euro puede funcionar en algunos países pero no en otros. A todo esto aparecen unos pepinos envenenados que amenazan las exportaciones hortofrutícolas españolas hacia Alemania y centroeuropa. La plaza de la Bastilla es desalojada la tarde noche del domingo 29 de mayo, al mismo tiempo que escucho el espectáculo pirotécnico en honor a María Auxiliadora.

España puede seguir los pasos de Grecia, Portugal e Irlanda, de hecho hay quien dice que ya forma parte de un grupo de cuatro países que van a ser expoliados para saldar sus deudas. Deudas contraídas por no se sabe quien, pero que deben pagar los mismos de siempre. ¿Indignados? Y quien no lo está. Pero no es lo mismo estar indignado conduciendo un bmw o viviendo tranquilamente en un chalet con piscina y sin hipoteca que estar indignado sin trabajo, sin ingresos, sin vivienda, sin futuro ni expectativas.
Puede ser que ya no haya marcha atrás. ¿Cuánto puede durar la indignación? En mi caso el resto de mi vida. ¿Cuánto puede durar la indignación reflejada en el movimiento iniciado el 15 de mayo de 2011?