Prorrogado el estado de alarma hasta el 21 de junio la duda es intentar averiguar lo que nos espera a partir de dicha fecha. De momento el verano ya está aquí. Siempre he pensado que los periodos vacacionales de navidad y sobre todo el estival representan una calma en cualquier ser. Muchas veces las tensiones sociales se han apaciguado una vez llegados a cambio de curso o al cambio de año. De momento lo único claro es que nos habremos chupado toda la primavera de este 2020 es estado de alarma. Y eso es algo imperdonable porque para muchos durante la primavera el calor es soportable, los días alargan, los primeros baños en la playa son los que dejan un recuerdo más dulce… Y este año nos hemos visto privados de pequeños placeres que en verano se vuelven en problemas, dependiendo de la zona donde se reside. Estos días se han reabierto los cafés y bares en países como Francia y Suiza y la población en tirantes y manga corta se sienta plácidamente a saborear cualquier comida y bebida al solecito sin mascarillas sin respetar la disminución de los aforos impuestos en España. Qué envidia poder ver esas terrazas en esos ambientes urbanos en calles peatonalizadas junto a un canal al sol de la tarde. Y repito sin mascarillas y sin reducción de mesas. Algo desde luego se está haciendo de manera distinta dependiendo del país. Y las diferentes medidas adoptadas influyen en el resurgir económico de las sociedades. Y en las sociedades donde hay intercambio de bienes y servicios hay movimiento de dinero. Y el bienestar general se favorece con medidas que generen crecimiento y progreso. Y en España afortunadamente actualmente hay un gobierno de progreso, el gobierno de la gente…
Tema turismo. Continuamente se nos informa que han llegado y van a llegar cincuenta, cien aviones que transportarán 10.000, 20.000 turistas, alemanes. Turismo de calidad, nada de botellón de fin de semana en Benidorm o despedidas de solteros alocadas con solo vuelo y barra libre de viernes a lunes por menos de 100 libras. Resulta curioso la insistencia en remarcar la procedencia y el destino de los afortunados viajeros que han podido viajar a España antes de que un español pueda desplazarse de una provincia a otra de su propio país. Nadie se plantea ahora la posibilidad real de declarar un establecimiento hotelero en cuarentena por la presencia de algunos casos positivos, qué alegría poder volver a soñar con viajar y descubrir nuevos destinos! Nada de cuarentenas a pasajeros de zonas calientes. La nueva normalidad se va pareciendo cada vez más a las viejas costumbres, o tal vez no. Veremos este verano chiringuitos abarrotados con veraneantes sudorosos consumiendo una ración de sardinas con sangría don simón, me temo que no. La estampa quedará para el recuerdo, al menos durante años. Mucho se están preocupando en dar una sensación de control y seguridad en la playas a costa del aforo. En localidades masificadas ya se ha informado de enfrentamientos por los ocupantes de las zonas reservadas a gente mayor y resto de usuarios. Se quiere transmitir la idea de la playa como un espacio amplio, seguro, tranquilo, no masificado, controlado… y me vienen a la cabeza las playas de la Costa Azul allá por los ’80 con hamacas perfectamente alineadas y todo el espacio delimitado para el disfrute de los pudientes veraneantes. Es ese el modelo que quieren implantar en nuestras costas? Un turismo de calidad de gran poder adquisitivo? Lo dudo. Pocos hoteles quedan de cinco estrellas, por no decir ninguno, el último cerró antes de la anterior crisis y donde se ubicaba se termina de construir una lujosa urbanización en primera línea. Pocos hoteles glamurosos repito. Y la playa con tanto palo y tanta distancia se puede convertir en un territorio cuanto menos hostil este verano tan incierto, a pesar de la contratación de personal de apoyo para facilitar el duro quehacer de los turistas (???). Una fórmula más para un turismo de calidad… Nada de tortillas en la arena, ni bocatas recalentados por el sol abrasador. Sin sombrillas ni hamacas de alquiler de momento (viernes 19 de junio). Todo muy coherente con un teórico reseteo del modelo turístico anterior, otra explicación no logro encontrar. Se habla incluso de policías que controlarán los accesos a la arena, estoy deseando verlo en una playa de seis o diez kms de longitud a pleno sol de las 14:00 cualquier día de la primera quincena de agosto.