The reader

¿Puede la moral estar por encima de la ley? ¿Puede el comportamiento ajustado a derecho y a la ley no someterse a la moral que debe, o debería, regir el comportamiento humano? Ante la duda, ¿qué tiene más fuerza a la hora de juzgar la conducta humana en conflicto, la moral o la ley?
El pasado histórico y el presente nos muestra episodios que por muy legales que hayan sido son claramente inmorales. Las leyes las hacen los hombres y se cambian a voluntad de los hombres, y puede ocurrir que lo que es legal hoy esté prohibido mañana o viceversa. Durante un conflicto bélico se pueden aprobar leyes contrarias a la moral de manera muy evidente y rápida, porque la misma guerra es uno de los actos más inmorales que existen. En el caso de cumplir legalmente con normas claramente inmorales aparecerá  la culpa, la vergüenza y la pena, en aquellos casos en los que exista algo de conciencia. El analfabetismo va asociado muchas veces a un déficit de humanidad. Lo que convierte al hombre en un ser civilizado es su socialización, el hombre sólo es hombre si vive y ha crecido en sociedad y ha interiorizado unas normas, entre otras cosas. La falta de educación facilita y mantiene el estado de barbarie y brutalidad en algunos seres humanos. El poder muchas veces recurre a personas con nula o escasa formación para cometer atrocidades sujetas a la ley en un momento determinado pero claramente inmorales.
En muchas ocasiones también ocurre que la ley entra en conflicto entre países o territorios, y lo que en un  lugar es visto como deseable sea abominable en otro. ¿Qué ocurre con la moral entonces? Lo que está bien en un país y en un tiempo concreto, que además es legal, puede ser ilegal en el mismo país y ser visto como inhumano al cabo de unos años. ¿Puede haber perdón para los verdugos? ¿Cómo se transmite de una generación a otra el sentimiento de culpa? ¿A qué teoría de la atribución recurrimos para dar explicación a tanta amargura?
Esta entrada comenta hechos y datos sobre el desenlace de la película “The Reader” de 2008, dirigida por Stephen Daldry y basada en la novela de Bernhard Schlink. Puedes encontrar un buen resumen y comentarios en el siguiente enlace,
Se hace necesario volver a leer la novela para intentar dar sentido a algunos flecos.
El autor de la novela fue nombrado  en 1998 juez en la Corte Constitucional del Estado Federal de Renania del Norte-Westfalia y es profesor de Historia de la Ley en Universidad Humboldt, Berlín, desde enero de 2006.  https://es.wikipedia.org/wiki/Bernhard_Schlink
Por qué los eslabones más débiles de la cadena son los peor parados a la hora de rendir cuentas y juzgar los hechos pasados. Recordemos que la acusada no solo carece de estudios, ni siquiera sabe leer ni escribir, y a lo largo de la novela se enfrenta a situaciones complicadas y autoinculpatorias por la vergüenza que le da reconocer su analfabetismo. Y llega a preferir ser condenada y culpable que tener que revelar su secreto además de estar muy limitada en su estrategia de defensa, junto a un abogado de oficio que no le ayuda lo más mínimo. Estos detalles no quedan bien reflejados en la película, pero son una de las claves en el desarrollo de los hechos que nos muestra el libro. De hecho la falta de pruebas para inculpar a las guardianas podría haber cambiado el sentido del veredicto según el autor del libro.
Tampoco se mencionan en el juicio los oficiales y los soldados, los superiores que son los encargados de tomar decisiones y rendir cuentas, pero en un hecho tan trascendental y dramático están totalmente desaparecidos y ajenos a sus responsabilidades.
La alfabetización de la protagonista puede que le haga ver los hechos pasados, aunque legales, totalmente inaceptables, hasta el punto de preferir quitarse la vida a querer volver a una sociedad que la ha condenado de por vida por unos hechos atroces pero en los que tenía poca capacidad de decisión, por su falta de formación, por la brutalidad de la guerra y por el abandono (por parte de todos) al que se ve sometida. El sentimiento de culpa se siente y se percibe en todos los personajes, en unos más que en otros, el apoyo social puede incrementarlo o apaciguarlo.
La vergüenza que puede sentir el protagonista, ya adulto, por haber descubierto la sexualidad con una mujer que le dobla la edad y que puede comprometerle judicialmente si revela lo que sabe puede ser uno de los motivos para no intentar ayudar a la acusada y desistir de visitarla en prisión. La lectura del libro aclara bastantes posibles lagunas de la película ahondando en la culpa colectiva de toda una generación y sus descendientes, la compasión y la condena de la acusada, la decisión de no visitar a Hanna, la relación con el padre, etc.
Llama la atención el distanciamiento del protagonista con su familia, sobre todo en la edad adulta, y de la abuela con su nieta. ¿Por qué el protagonista no fue al entierro de su padre?
Es también llamativo el sentimiento de culpa de la hija adulta sincerandose con su padre cuando le pide, el protagonista, que le perdone por su particular personalidad, la del padre, y por el distanciamiento entre ambos, elegido y mantenido por el padre. La escena final junto a la tumba cerca de la iglesia donde ensayaba el coro puede significar un cambio y un comienzo en esta relación entre el padre y la hija.
¿Cómo pueden haber afectado los hechos narrados en la primera parte de la película y en el juicio en el matrimonio y divorcio del protagonista? En el libro salimos de dudas. Recomiendo por tanto acudir al relato, antes o después de ver la película, para tener una visión más aproximada de lo que el autor quiere transmitir.